jueves, 14 de marzo de 2024

DCPS. Calle Pitágoras (4)

(Continuación)                Pitagorismo matemático: astronomía y música

Se le adjudica a Pitágoras el descubrimiento de las leyes de los intervalos musicales regulares, es decir, las relaciones aritméticas de la escala musical; de este modo el universo sería un cosmos, un conjunto ordenado en el que los cuerpos celestes guardaban una disposición armónica.

Una en la que sus distancias estarían entre sí en proporciones similares a las de los intervalos de la octava musical y así, las esferas celestes al girar, producirían la llamada música de las esferas, inaudible al oído humano por ser permanente y perpetua.

Diógenes Laercio le atribuye la invención del monocordio, instrumento musical de una sola cuerda que utilizó para determinar la equivalencia entre números, pesos y sonidos y con el que ilustra una ley que probablemente le suene, “la altura del sonido es inversamente proporcional a la longitud de la cuerda”.

Estos conceptos de armonía y proporción, como otros principios matemáticos o las nociones mismas sobre los “números”, quedarían incorporados a la música y las artes y así, aún en el siglo XVII un astrónomo tan insigne como J. Kepler (1571-1630), a quien debemos el descubrimiento de las órbitas elípticas de los planetas (1609), seguía creyendo en la música de las esferas.

Es más, no faltan exégetas que ven en el sononiense al precursor de una aspiración que tendría un gran predicamento a partir de la revolución científica de Galileo, la formalización matemática del conocimiento, ya sabe, algo así como que “la naturaleza es un libro escrito en lenguaje matemático”.

Pitagorismo misceláneo: la leyenda de Téano  

Al parecer una de sus características pitagorienses era la amabilidad, se trataba de una persona amistosa con una carácter agradable y prueba de lo que le digo es la leyenda que le voy a contar. Ya sabe que Téano fue, primero, su joven discípula y, después, su esposa a pesar de ser él ya sexagenario en el momento de la boda, pero ya sabe cómo es el amor, que no conoce de edades. 

Pues bien, cuentan que un joven alumno recién llegado a la academia la vio y quedó prendado de ella, tanto que, con las mismas, ni corto ni perezoso, se acercó al maestro para interesarse por la mujer que le había cautivado el corazón, y entre otras cuestiones le preguntó por su edad; entonces dicen que el sabio, viéndole venir, le respondió:

- Téano es perfecta y su edad es un número perfecto. El joven, confundido, contestó:

- Maestro, ¿no podría darme más información? A lo que éste respondió:

- Tienes razón. Te diré que su edad, además de ser un número perfecto, es el número de sus extremidades multiplicado por el número de sus admiradores que, cabe señalar, es un número primo.

La leyenda dice que el joven se alejó cabizbajo y algo perplejo, natural ante semejante respuesta ¿Podría usted resolver el problema? ¿Sabría decir la edad de Téano y el número de admiradores que por esa época tenía? (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 16 de octubre de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

 

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