lunes, 28 de marzo de 2022

‘Los Nobel españoles’ (1) [CR-175]

[Esta entrada apareció publicada el 11 de marzo de 2022, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

¿Cuántos españoles han recibido el Premio Nobel?, fue la pregunta que por motivos que no vienen al caso, me hicieron hace unos días. Ocho la respuesta que entonces di y ahora le pongo negro sobre blanco por orden cronológico, a falta de mejor criterio. Veamos.

Don José de Echegaray y Eizaguirre, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1904. Un hombre prolífico y polifacético -ingeniero, matemático, político, dramaturgo y por supuesto escritor-. Precisamente por esta última de sus facetas recibió el galardón, que compartió con Fréderic Mistral. Una idea de su gran capacidad de trabajo nos la da esta frase: “No puedo morirme, porque si he de escribir mi Enciclopedia elemental de Física matemática, necesito por lo menos 25 años”. Qué me dice. Si ya la frase, por sí misma, es lo suficientemente descriptora de su personalidad, no lo es menos de su carácter, el saber que la dijo cuando contaba con 83 años de edad. Conmovedor. Ya casi no quedan hombres así. Echegaray, un personaje controvertido y un premio nobel polémico.

Don Santiago Ramón y Cajal, galardonado con el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1906, es sin lugar a dudas el investigador español más influyente de la historia de la humanidad. No en vano sus trabajos aportaron la prueba esencial para confirmar la teoría celular, sino que ayudaron a crear una nueva disciplina, la neurología. Por todo ello recibió el galardón junto a su gran competidor en la investigación Camilo Golgi. Me gusta mucho de Don Santiago, esta cita: “Al carro de la cultura le falta la rueda de la ciencia”, que dijo a principios del siglo pasado y, por desgracia, no se puede decir que haya perdido vigencia. No, por desgracia.

Don Jacinto Benavente, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1922, fue un dramaturgo que abordó casi todos los géneros teatrales. Su obra supuso un giro drástico con el melodramatismo de Echegaray y una aproximación costumbrista a los ambientes rurales y urbanos. Su condición sexual influyó en el hecho de que, tras la victoria de las tropas de Franco, su nombre fuera retirado de monumentos y calles. Estas cosas pasan. De entre sus citas, ésta: “Cuando no se piensa lo que se dice, es cuando se dice lo que se piensa”.

Don Juan Ramón Jiménez, galardonado con el Premio Nobel de Literatura en 1956, su obra más conocida, ‘Platero y yo’ de 1914, pertenece a la etapa sensitiva que iría seguida de una intelectual, marcada por su viaje a América, y una más, fruto de su exilio en Puerto Rico. Como cita me quedo con el comienzo de su Platero: “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo…” (Continuará)

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