Aquí, en el hemisferio norte del planeta desde donde escribo, es tener lugar el fenómeno astronómico del equinoccio de marzo -y por convenio humano, las calendarias y estacionales despedida del invierno y llegada de la primavera- para que nosotros, los humanos, nos aprestemos a otro cambio.
Que no es otro que el de la hora relojera, ya sabe, a fin
abandonar el horario de invierno y adoptar, una vez más, el horario de
verano; un acontecimiento que por esperado no es por ello menos disruptivo
y en el que, no solo estamos, sino que seguimos.
Acerca de
cuándo cambiar la hora
Como corresponde, hoy 27 de marzo del Año del Señor de 2022, último domingo marcero, a las dos (2) de la madrugada hora peninsular, Ceuta, Melilla y Baleares, deberemos adelantar todos nuestros relojes para ponerlos a las tres horas (3 h), recuperando así el horario estival. En Canarias, naturalmente, la una (1) de la madrugada pasará a ser las dos (2), y en todo el país este día tendrá, oficialmente, una hora menos, la misma que algunos perderán de sueño y otros no.
Una modificación horaria que como es sabido, se aplica
con la pretendida intención de ajustar la jornada laboral a las horas de luz
natural. No olvide que a partir de hoy amanecerá y anochecerá más tarde, y así
será hasta la llegada de la nueva estación posveraniega, el otoño.
El
debate de nunca acabar
A propósito de los cambios horarios, su pretendida idoneidad fisiológica y económica, con cuál de ellos nos quedaremos, y si es éste el último cambio o no, ya le he enrocado lo que sé (no hay nada nuevo desde la última vez que lo hice), así como mi opinión al respecto, por lo que no le canso. A fin de no repetirme, puede utilizar el buscador del blog para ampliar información de muchos aspectos relacionados con el tema.
Bueno, si acaso, y en relación con lo del ajuste de los
relojes, añadir un detalle doméstico. Sólo tendrá que poner en hora aquellos
dispositivos que lo necesiten, los denominados “no inteligentes” por no estar
conectados a Internet, entiéndame, aquellos que no van a cambiar la hora
por sí mismos, me refiero a los del: horno,
nevera, temporizadores varios, despertador de mesita de noche, algún que otro
reloj de casa, etcétera.
Pero se podrá despreocupar de los que sí estén conectados como los del: computador, móvil, portátil, reloj inteligente, tableta, coche o dispositivo con altavoz inteligente que, seguramente, lo hagan solos. Aunque no se fíe, recuerde el anónimo: “Bienvenida, primavera, ya se nota tu presencia. Hay gran cantidad de capullos por todos lados…”.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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