domingo, 22 de agosto de 2021

Marte silente, errante y resiliente: Prehistoria

Al lector atento y avisado del blog es muy probable que no se le haya pasado por alto que el planeta del título, forma parte de esa panoplia de Hitos de Ciencia del pasado Año del Señor de 2020, como uno de esos acontecimientos científicos a reseñar, si bien no es menos cierto que no se trataba de uno de los más destacados.

No, pero ahí estaba, entre los grandes, lo que sabido es nunca resulta fácil.

Hitos de Ciencia, 2020

Entre otros, y según mi más que prescindible opinión, podemos encontrar desde la secuencia genética del nuevo coronavirus por parte de China y la extraordinaria búsqueda contrarreloj de vacunas contra el SARS-CoV-2, piense que, prácticamente, transcurrieron solo doce meses desde su hallazgo y comienzo de producción.

Hasta el desarrollo de la tecnología CRISPR y su posterior reconocimiento con el máximo de los galardones humanos, entiéndase el Nobel. O la detección de la fusión de dos agujeros negros, merced a la generación de ondas gravitacionales descubiertas por dos observatorios terrestres, LIGO y Virgo.

Pasando por las incógnitas que aún despierta la expansión de nuestra especie por América. Y el pistoletazo de salida dado para ver qué país, la cosa parece estar entre EE. UU. y China, es el primero en traer a nuestro planeta rocas de Marte, “el planeta rojo”. Ojo entonces, con el silente telúrico.

Marte prehistórico

Pero el interés del hombre por él viene de mucho tiempo atrás, prácticamente desde que el hombre es hombre y empezó a mirar al cielo. Así es como descubre a simple vista hasta siete cuerpos brillantes que hoy conocemos como: Mercurio, Venus, Luna, Marte, Júpiter, Saturno y Sol.

Resulta emocionante imaginar a nuestros antepasados escrutando con estupor y miedo los cielos nocturnos, intentando adivinar qué eran esas luces que a lo largo del tiempo cambiaban de posición (planetas y Sol), o de posición y de configuración (Luna y sus fases).

Se trata de una astronomía ancestral que surge cuando la humanidad deja de ser nómada y se convierte en sedentaria, forma comunidades y civilizaciones y muestra dedicación a los astros. Desde entonces, la que está considerada como primera ciencia observacional, se ha encargado de analizarlos y comprenderlos.

Es por ello que ha estudiado y estudia: los cuerpos celestes del cosmos; los fenómenos astronómicos ligados a ellos y las leyes naturales que los rigen; o el origen, desarrollo y destino del universo, gracias a su conjunción con disciplinas como cosmología, astrofísica, astroquímica o astrobiología, entre otras. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


1 comentario :

Javier Sánchez dijo...

Un titular de lo más sugestivo. Promete.