Acerca de la mitología
Seguro estoy que, a estas alturas de la entrada, ya se ha
dado cuenta. Muchas de las iniciáticas relaciones anteriores están vinculadas,
como no, a la mitología, esa forma en la que un pueblo se explica así
mismo, desde la tradición, no solo su origen sino la razón de ser de buena
parte de lo que le rodea.
Una mitología constituida por un conjunto de relatos y
creencias relativamente cohesionados, protagonizados por seres fantásticos,
dioses o héroes, que intentan explicar o dar sentido a determinados hechos o
fenómenos.
Planetas digo, entendido el término con el significado que
en aquellos tiempos tenía y relacionado con los cuerpos visibles a simple vista
(recuerde Mercurio, Venus, Luna, Marte, Júpiter,
Saturno y Sol), y no con el científico actual.
Marte mitológico
El planeta debe su nombre a Mars, nacido de Juno
y Júpiter, dios romano de la guerra y un símbolo además de la virilidad masculina,
la pasión y la sexualidad, cuando no de la violencia, el derramamiento de
sangre o la valentía. En fin, ya se puede hacer una idea de por dónde iban los
tiros.
Mars, un dios romanización del griego Ares con
el que fue identificado, que da nombre no solo al cuarto planeta solar, Marte,
sino a un día de la semana, el martes, segundo o tercero, ya sabe, y al
tercer mes del año, marzo.
Marte, también conocido como «el planeta rojo» por su
característico color y que, comprensiblemente, asociaron con el de la sangre derramada,
de ahí su vinculación bélica. En la actualidad, gracias a la ciencia, sabemos
que esa apariencia rojiza procede de la mayoritaria presencia en su superficie
de uno de los óxidos de hierro. En concreto del óxido de hierro (III). (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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