[Esta entrada apareció publicada el 25 de junio de 2021, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
Sobre cuál es el día de la festividad no hay ninguna sombra de duda. En el santoral cristiano se celebra el 24 de junio, seis meses antes del nacimiento de Jesús de Nazaret, un 24 de diciembre. Juan como precursor de Jesús. Donde sí existe cierta incertidumbre es alrededor de su noche, ¿cuál es en realidad la de San Juan? ¿La noche que transcurre del día 23 al 24, o la que lo hace del 24 al 25? He ahí el debate.
Para unos, como entienden que a partir de la 00:00 h ya se trata de un nuevo día, las horas nocturnas que le preceden forman parte del mismo y, por tanto, la celebración tiene lugar la noche del 23 al 24 de junio. Ésa es su noche sanjuanera. Sin embargo, para otros, que entienden que la noche de un determinado día no se refiere a las primeras horas del mismo, sino a las últimas, una vez que se ha puesto el Sol, la celebración tiene lugar la noche del 24 al 25. Ésa es su noche de San Juan ¿Y para usted?
Como ve, este asunto nocturno-festivo tiene más intríngulis interpretativo del que aparenta, aunque bien pensado no es que importe mucho pues, al fin y al cabo, se trata sólo de una celebración. De hecho, no faltan localidades en el suelo patrio, donde el festejo se extiende a las dos noches, total, ¿por qué no?, como dijo el clásico, ‘Carpe diem’.
Donde no existe ninguna incertidumbre, al menos para la ciencia, es en una de las características astronómicas de dicha noche, sea cual sea de las dos reseñadas, y no es otra que la de su duración. Sobre este tema, las ciencias del espacio no tienen la menor duda, la de San Juan no es la noche más corta del año. Para ellas, el pasado lunes 21, día del solsticio de junio y por convenio del inicio astronómico del verano, fue el día más largo del año y, lógicamente, el que tiene la noche más corta.
Esto es cierto de toda certeza, de modo que el refranero miente (‘Sin engaño, la noche de San Juan es la más corta del año’), y le digo esto porque, este supuesto fondo de sabiduría popular, a veces suele jugar con dos barajas. Y por cada refrán supuestamente cierto, existe otro que, diciendo justamente lo contrario, también lo es, supuestamente. Sirva de ejemplo, ‘En junio el día 21 es largo como ninguno’. ¿Cuál dice la verdad? Ya de la que va y en puridad científica, le recuerdo que todo lo escrito está referido al hemisferio norte desde donde escribo, en el sur de su sur. Y es que ‘el Sur también existe’.
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