‘Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa’. Así arranca la que está considerada por muchos como la mejor canción del pop-rock español, un parecer, por cierto, ratificado de manera popular en 2004 por Televisión Española y después por la revista ‘Rolling Stone’ en 2010.
De ella se dijo -transcurridos nueve años, en 2019, y en el preámbulo de la pandémica COVID-19 producida por el coronavirus SARS-Cov-2-, que se trataba de “la mejor canción jamás cantada”. Lo dejo ahí, pero algo tendrá el agua cuando la bendicen.
Publicada en 1971, esta canción de autor compuesta
por el español Juan Manuel Serrat (1943) resulta ser todo un canto al
mar Mediterráneo y uno de los himnos populares de España, sobre el que los
exégetas no terminan de ponerse de acuerdo acerca del cuándo y dónde fue
compuesta.
Una circunstancia geo-temporal que no hace al caso
pues cualquiera de ella, a nuestros propósitos, serviría, al fin y al cabo,
como reza el conocido proverbio italiano, ‘E se non e vero, e ben trovato’
(y si no es verdad, está bien traído). Pues eso.
Orígenes musicales
Una canción que desde el punto de vista musical
cuenta con unos arreglos en los que sus primeros acordes resultan reconocibles
y familiares. A no pocos le recordarán el sincopado ritmo 5/4 del tema de jazz ‘Take
Five’ (1959), asociado al pianista
estadounidense Dave Brubeck (1920-2012) si bien lo compuso el, también estadounidense
pero, saxofonista Paul Desmond (1924-1977).
Un ritmo que en ‘Mediterráneo’ pasa a ser de 6/4,
un tiempo ternario más
regular y accesible, con el resultado de una melodía impecable, ensamblada con
un ritmo peculiar que, a algunos, les puede parecer la encorseta, pero no es
así, créame.
Estamos ante una canción soberbia, un regalo de la
musa que, con su aire de milonga y su extraordinaria letra, se ha convertido en
un himno que trasciende el tiempo. Un hito musical que lleva acompañándonos medio siglo, y es más que probable sea el más
bello himno al mar jamás compuesto y una de las mejores escritas en castellano.
Una canción
de amor
Sí, una canción que habla de amor sin
serlo, aunque sin duda lo sea, como por otro lado lo son todas las buenas
canciones. Un poético canto a la cultura mediterránea que Serrat inicia
hablando de su niñez (‘Quizá porque mi niñez sigue jugando en tu playa’),
y termina haciéndolo de su muerte (‘Y a mí enterradme sin duelo entre la
playa y el cielo’), mientras en el ínterin evoca de todo.
Desde el carácter de sus gentes (‘me gusta el
juego y el vino, tengo alma de marinero’ y algunos de los principales hitos
históricos que tuvieron lugar en sus aguas (‘que han vertido en ti cien pueblos, de Algeciras a Estambul’).
Pasando por su apego y proximidad a él (‘¿Qué le
voy a hacer si yo, nací en el Mediterráneo?’) y una parte de su propia vida (‘y amontonado en tu arena guardo amor, juegos y penas’). Hasta llegar a compararlo con una mujer que juega con él (‘eres como una mujer perfumadita de brea’). (Continuará)
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