miércoles, 4 de noviembre de 2020

James Randi. Obituario (4)

(Continuación) Esta parte de la historia arranca cuando en 1988, el bioquímico Jacques Benveniste envió a la prestigiosa revista Nature un artículo sobre un experimento cuyos resultados, supuestamente, daban fundamento científico a la homeopatía. Y el entonces director de la revista John Maddox, ni corto ni perezoso decidió llamar a Randi para que formase parte del equipo evaluador del método seguido en dicho experimento.

El resultado ya lo conoce, lo de la memoria del agua no era más que falsa ciencia, pseudociencia, y los productos homeopáticos son un falso medicamento cuya curación no va más allá del efecto placebo. Fue un artículo que causó mucho debate en la comunidad científica, desenmascarado por la magia de Randi.

Otras actuaciones de Randi

No quedaron aquí sus intervenciones combatiendo el fraude asociado a las afirmaciones paranormales, sobrenaturales y pseudocientíficas, entre otras le cito: contra Magneto, el hombre magnético, claro; contra James Hydrick, el hombre que decía mover objetos por telequinesis; contra la grafología y su nula capacidad de reconocer ciertos rasgos, más allá de la mera casualidad; contra la astrología, un clásico de Randi; contra el poder de los cristales y el embaucamiento que supone decir que pueden curar, mejorar la memoria e incluso “cargarte” de energía. y así ad infinitum o mejor ad nauseam.

También colaboró en la fundación del Comité para la Investigación Científica de las Afirmaciones sobre lo Paranormal (CSICOP) en 1976, junto a Paul Kurtz, Martin Gardner, Paul Kurz, Isaac Asimov y Carl Sagan entre otros escépticos conocidos y que seguro le suenan. Y en 1996, siguiendo la lucha contra la superchería, creó la Fundación de James Randi para la Educación “para el examen de las afirmaciones paranormales en condiciones controladas de experimentación”.

Una institución que dotó un premio de un millón dólares (1 000 000 $) para quien pudiera demostrar la existencia de algún fenómeno o poder paranormal, y del que ni decirle tengo que quedó desierto durante los veinte años que duró, desde 1996 a 2015, aunque hay una historia jugosa intramuros.

Libros, reconocimientos y honores

Es autor de numerosos artículos y conferencias y de media docena de libros publicados, entre ellos: Fraudes paranormales (1982), La verdad sobre Uri Geller (1982), Una enciclopedia de afirmaciones, fraudes, y timos de lo oculto y lo sobrenatural (1995).

Entre sus muchos reconocimientos y honores, nuestro mago tiene uno en los cielos en forma de eponimia, materializado en un cuerpo celeste rocoso pues, desde 1996, el asteroide (3163) Randi es llamado así en su honor (Diferenciando asteroide, meteoroide, meteoro, meteorito, …) Como tal, forma parte del grupo de asteroides que cruzan la órbita de Marte y fue descubierto en 1981 desde el observatorio del Monte Palomar (Estados Unidos) por el astrónomo estadounidense Charles Thomas Kowal.

Adiós, James Randi, gracias. (¿Continuará?)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

 


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