(Continuación) En mi opinión, con los adjetivos mencionados no se trata de hacer más breve o de simplificar la forma de expresar estos conceptos relativos a los meses pues en realidad, si lo piensa, es tan sencillo y corto decir ‘abrileño’ como ‘de abril’, decir ‘agosteño’, como ‘de agosto’.
Adjetivos y ley de la economía
Trato de explicar que no estamos
ante un ejemplo más de la universal ley de la economía, que en más de
una ocasión le he referido en esta tribuna pretendidamente divulgadora. Una
inexorable, básica e ineludible ley física que impera en todo el Universo,
consistente en una idea-objetivo muy simple: hay obtener todo lo que es necesario
para sobrevivir con el menor de los esfuerzos posibles.
Viene a ser una especie
de imperativo cósmico según el cual ningún sistema, animado o inanimado, que
aspire a permanecer en el tiempo en nuestro universo, la puede obviar. Hay que hacer
lo que hay que hacer, sí, pero con el menor costo energético.
Y la lengua en su afán de comunicar no es una excepción, de modo que su cumplimiento es una cuestión de supervivencia también para ella, hay que ahorrar, pero no es éste el caso, en el que el poco común empleo de los meses como adjetivos, sigue siendo mi prescindible opinión, responde más bien a un deseo de expresarse de una forma diferente, distinta, quizás poética.
A propósito de las unidades naturales y
artificiales del tiempo
Un último inciso, a modo
de espuela. Como sabe, durante la mayor parte de la historia humana, el paso
del tiempo ha sido medido alrededor de dos fenómenos astronómicos, el día
y el año, las dos únicas unidades naturales. Una es el intervalo
transcurrido entre dos amaneceres consecutivos y está relacionada con lo que
tarda (24 h) la Tierra en dar una vuelta alrededor de su eje (movimiento
de rotación), y otra es el lapso que emplea en describir su órbita elíptica
(365 días) alrededor del Sol (movimiento de traslación).
No hay más. Las demás unidades empleadas por el hombre como milenios, siglos, décadas, lustros, bienios, meses, semanas, horas, minutos, segundos, además de sus múltiplos y divisores correspondientes, son por supuesto artificiales y responden a diferentes necesidades humanas y distintos momentos de la historia y su desarrollo científico y tecnológico.
Otros adjetivos
Un pajarito que suele sobrevolar
a mis espaldas y me lee mientras escribo, me suelta en una de sus pasadas estos
otros adjetivos relacionados con los nombres de los meses: eneril; eneriego/a; febreril;
febreriego/a; marciego/a; marcego/a; marcino/a; marcil; marzal; abrilero/a;
abrilenco/a; juniano/a; juniero/a; agostero/a; agostizo/a; septembreño/a;
septémbrico/a; octubreño/a; octobrino/a; octoberino/a; octuberino/a; novémbrico/a;
decémbrico/a
Y hasta aquí. Esto es en
resumen lo que le quería contar tras leer el comentario de marra. Así lo
he aprendido y así se lo he contado.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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