(Continuación) Una unidad, el quilate,
que a pesar de sus antañones antecedentes naturales en el Mediterráneo (recuerde
el fruto del algarrobo, Ceratonia siliqua), y el hecho de pertenecer a
un sistema de proporciones muy especial, ya sabe que se divide en 24 partes,
tan lejos de nuestro ‘digital’ y cómodo sistema decimal, a pesar le
decía, lo cierto es que se sigue utilizando en la actualidad en el lenguaje
común de la calle, si bien no es menos cierto que esto no ocurre en el ámbito profesional
que se decanta por otras unidades.
Otras unidades: porcentaje en masa
Seguro estoy que cuando le
escribía que una aleación de oro de 18 K era aquella en la que las tres cuartas
(¾) partes son del dorado metal y el resto de otros (18/24), le vino a la mente
que se trataba de un oro con una composición del setenta y cinco por ciento (75
%). Igualmente, el oro de 24 K lo era del cien por cien (100 %) y, si echa las
cuentas, el de 14 K tenía un porcentaje de pureza del cincuenta y ocho, coma
tres por ciento (58,3 %).
Es evidente que se trata de una
unidad, la del tanto por ciento o porcentaje, mucho más clara y
entendible que el quilate lo que justifica su uso profesional en el que se
habla de oro 100, oro 75 y oro 50, por poner sólo unos
ejemplos. Sin embargo, coloquialmente y contra toda razón, se sigue utilizando
el quilate como unidad de medida, quizás un tributo inconsciente a la cultura
romana de donde procedemos. Pero esto no es más que mi opinión.
Perdonen la obviedad, para pasar
de quilates a porcentaje en peso basta con realizar unas sencillas proporciones:
24 / 24 = x / 100; 18 / 24 = x / 100; 12 / 24 = x /
100 donde x es el porcentaje. O más fácil aún, basta con tomar el título en
quilates, dividirlo por 24 y multiplicar después por 100. Vamos que 1 K = 4,167
% por lo que si tenemos oro de 22 K su pureza se corresponde con un porcentaje
en peso de 91,67 %.
Pero quilates y porcentaje en peso (mejor en
masa) no son las únicas unidades para expresar la ley del oro de una pieza, y
así en la actualidad y por diferentes motivos se utilizan también las milésimas.
Otras unidades: milésimas
Es similar a los quilates sólo que en vez
de dividir en 24 partes la masa de la aleación se hace en 1000 (sistema
decimal), representándose por convección mediante un número de tres dígitos. Luego las milésimas vienen a significar
el número de partes de oro que hay por cada mil partes de la aleación. Y así, una
pieza es de oro de ley de 750 milésimas si, de cada 1000 partes
(milésimas) 750 son de oro y el resto de otros metales, correspondiéndose con
un oro de 18 K. Mientras un lingote de oro (24 K) tendría una
pureza de 1000 milésimas.
Siguiendo con las conversiones, una simple
operación aritmética nos permite calcular que 1 K = 41 666
milésimas, de forma que si queremos pasar de
quilates a milésimas, basta con multiplicar el número de quilates por 41 666, y
si es lo contrario, convertir milésimas en quilate, pues dividiendo por el
mismo número. En resumen, ésta es la equivalencia entre las tres unidades de pureza
del oro:
1 K = 4,167 % = 41 666 milésimas (Continuará)
1 K = 4,167 % = 41 666 milésimas (Continuará)
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