viernes, 19 de junio de 2020

‘La mariposa de Chuang Tzu’ (1)

‘¿Desde cuándo existen los microrrelatos?’ ‘¿Cuál es el primero que conocemos?’ ‘¿Cuál el más conocido?’ Más o menos, así acababa mi última entrada de la semana pasada, en la pirandelliana línea de ‘Seis personajes en busca de autor’, ya sabe, la famosa obra del nobel escritor italiano, sólo que en este caso reducida a la terna de cuestiones puestas negro sobre blanco.
En busca de respuestas
Por lo que tengo averiguado, esta brevísima invención verbal es tan antigua como la propia ficción, que es decir tanto como que es tan vieja, o casi, que la propia especie humana. Lo que bien puede ser porque ya aparecen, por escrito, en los imaginarios hindú, chino y egipcio, o sea que hablamos de una creación de la Antigüedad oriental.
Y entre los primeros microrrelatos, quizás sea el más antiguo del que tengamos conocimiento, se encuentra aquel que intitula la entrega, con esta economía de texto: “Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Chuang Tzu que había soñado ser una mariposa, o si era una mariposa que soñaba ser Chuang Tzu”.
Lo que no cuenta su autor, el filósofo chino Chuang Tzu (369-290 a. C.), es lo que le ocurrió durante el sueño y por qué al despertar tenía esa duda. Si era porque se trataba de un hombre que había soñado ser un lepidóptero, o porque era un lepidóptero que soñaba ser un hombre. Si una mariposa que, contenta de serlo, revoloteaba alegremente no sabiendo que era Chuang, o él mismo quien, de repente despierta y descubre que es una mariposa, asombrándose naturalmente de serlo.
Y ya no sabe si era Chuang que soñaba ser una mariposa, o era una mariposa que estaba soñando ser Chuang. Una duda cognitiva que surge de la incompletitud del relato, y a la que no estaría nada mal aplicarle uno de los aforismos del maestro chino: ‘Las palabras deben detenerse siempre, ante lo que el entendimiento ignora’. Haciendo caso omiso a la sabiduría del mismo, le ofrezco una versión reducida de la historia completa, eso sí, dividida en dos partes.
Una historia completa (primera parte)
“Una fresca tarde de primavera Chuang Tzu llegó a la orilla de un lago y se sentó a descansar, quedándose al poco rato dormido y soñando que era una mariposa que mientras revoloteaba, veía que el mundo era hermoso y estaba lleno de flores y aromas.
Al principio le costó adaptarse a las alas, le parecían demasiado grandes y poco manejables, además, su cuerpo era tan liviano como un sueño y una suave brisa bastaba para arrastrarla varios metros y desviarla de su rumbo. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



1 comentario :

Sergio Méndez dijo...

¿Y qué me dice de la mariposa de Lorentz, con su conocido y peligroso aleteo?