domingo, 7 de junio de 2020

Quilate y Orfebrería (y 5)

(Continuación) A propósito de esa muestra “de oro puro” -en realidad basta con decir “de oro”, o lo que es lo mismo, de la sustancia simple oro Au (s), formada exclusivamente por átomos del elemento químico oro, con número atómico 79 en la actual Tabla Periódica de Elementos Químicos-, me gustaría apuntarle algo desde un punto de vista físico-químico.
Minería, refinamiento y riqueza
Independientemente de los distintos métodos utilizados a lo largo del tiempo para extraerlo de la superficie terráquea (bateo, detector de metales, cianuro, carbón), lo que se conoce como minería del oro, y de las diferentes técnicas de refinamiento (física, química, electroquímica, técnica Miller) empleadas para su refinado, el oro, en realidad cualquier metal, nunca estará nunca exento de impurezas de otros metales.
Es decir, no todos los átomos que forman una pieza de oro serán sólo de este elemento, por lo que en puridad no existe el “oro puro” sino una aleación natural, no deseada como las anteriores, que nos obliga a revisar los valores asignados a algunas de las unidades anteriores (100 % en peso, 1000 milésimas).
Y así, a la riqueza del oro de veinticuatro quilates (24 K), y según la técnica de refinamiento empleada, se le asignan diferentes porcentajes de pureza: 99,9 %; 99,99 % o 99,9999 % correspondientes a 999 milésimas, 999,9 milésimas o 999,999 milésimas que también son conocidas como oro de calidad 3N, 4N o 6N debido, por razones obvias, al número de nueves que contienen.
He leído que este último, probablemente el oro más puro de todos los obtenidos hasta ahora, fue refinado en 1957 por Perth Mint, Casa de la Moneda australiana (1899) propiedad exclusiva del Gobierno de Australia Occidental. Curiosamente, medio siglo después de que se implantara en Europa y América el quilate decimal o métrico (1957), un quilate gemológico o de unidad de masa que en el sistema métrico decimal equivale a 200 mg, es decir 0,2 g.
Otras unidades orfebres: oro de 1.ª y oro de 2.ª
En cualquiera de los casos, a las distintas unidades cuantitativas se las conocen también como ley del oro que, de manera cualitativa, se la textualiza en dos categorías normalizadas:
- Oro de primera (1.ª) ley. Correspondiente a una aleación de dieciocho quilates (18 K), un oro de ley de 749,92 milésimas o de un 74,99 % de riqueza.
- Oro de segunda (2.ª) ley. Correspondiente a una aleación de catorce quilates (14 K), un oro de ley de 583,27 milésimas o de un 58,33 % de riqueza.
Ambos son oros de ley obtenidos a partir de lo que tomamos como oro puro o fino que, en teoría, corresponde a la sustancia simple, veinticuatro quilates (24 K), y que en realidad es una aleación natural de 999,9 milésimas o de 99,99 % de riqueza por poner un ejemplo de “nueves”. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


1 comentario :

Antonio García dijo...

Espero que continúe.