[Esta entrada apareció publicada el
08 de mayo de 2020, en la contraportada del semanario Viva Rota,
donde también la pueden leer]
Este segundo ‘Ciencias
a la roteña’ de mayo lo dedico a hilvanar algunos flecos que he ido dejando
sueltos a lo largo de las costuras de estas últimas semanas y con los que he
compuesto el titular. Empezando por billón, del que conviene diferenciar
entre el europeo y el estadounidense, pues ha de saber que existen dos
acepciones con distinto valor para este número.
Una, utilizada en
Europa y la gran mayoría de países hispanoamericanos, donde su valor es un
millón de millones, es decir 1 000 000 000 000. Se la conoce como escala
larga, un uno seguido de doce ceros. Por el contrario, en la gran mayoría
de países de habla inglesa y algunos otros, su valor es de mil millones, es
decir 1 000 000 000 o sea mil veces menor, es la escala corta, un uno
seguido de nueve ceros.
En principio esta
diferencia no plantearía ningún problema si no fuera porque este término en
inglés se escribe ‘billion’, por lo que resulta casi inevitable
traducirlo al español por billón, con el importante error cuantitativo que esa
errada traducción entraña. De hecho, se ha producido en más de una ocasión, con
las desafortunadas consecuencias que se puede imaginar.
De ahí que en 1995 y a
petición de Venezuela, fuera introducido por la Real Academia Española (RAE)
la palabra millardo, como traducción de la inglesa ‘billion’ y con el
significado de mil millones. Una propuesta en principio lógica que sin
embargo no ha llegado a tener éxito, quizás porque la expresión ‘mil millones’
no es en absoluto ambigua y, además, es entendible por todos.
Así que ¿para qué
utilizar una nueva?, se trata de la universal ley de la economía que
campea por todos los territorios. Pero, ¡ojo!, mucho cuidado cuando maneje
datos originales en lengua inglesa, que hayan sido traducidos por alguien del
que no sepa si está al tanto de lo que le he contado. Se le podrían ir al
garete todos los cálculos que realice basados en ellos.
Por último, le dejé la
semana pasada con el parsec (pc) como mayor unidad a utilizar en el
espacio -tres veces mayor que el año-luz (al) y doscientas mil que la unidad
astronómica (ua)- y si bien se trata de una unidad cómoda de manejar para
distancias dentro de una galaxia, intragalácticas, lo cierto es que no lo es tanto
para distancias entre galaxias, intergalácticas.
De ahí que se utilicen
un par de múltiplos: kiloparsec (kpc), de valor 1000 pc y
equivalente a 3206 al, y megaparsec (Mpc), de valor un millón de
parsec y equivalente a 3 260 000 al. Le dejo con Whitman, el poeta
estadounidense, ‘Toda pulgada cúbica de espacio es un milagro’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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