(Continuación) La idea es que el diamante
no puede ser rayado por ninguno, pero él sí puede rayar al resto de materiales,
aunque en realidad esto ya no es exactamente así. Pero esa es otra historia que
habrá que contar en otro momento, lo que ahora toca es la nueva moda decimonona
del mordisco.
Esmalte
dental, entre el oro y la pirita
Por otras escalas, sabemos que la dureza
del esmalte dental (5) está comprendida entre la del metal oro (3)
y la del mineral pirita (6-6,5), de donde se infiere que, con los
dientes, podemos rayar el oro, pero no la pirita.
Que es lo que hacían los buscadores de oro
en cuanto encontraban una roca sobre cuya naturaleza dudaban: si quedaba
marcada al morderla, era del preciado metal, pero si por el contrario no dejaba
marca alguna, entonces, se trataba del mineral sin valor económico alguno. Elemental.
Tirando de ciencia bachillera, recordar que
el esmalte dental o sustancia adamantina, es una cubierta que recubre la
corona de los órganos dentarios que afectan a la función masticatoria. Desde el
punto de vista geológico es un mineral, el más duro del cuerpo humano, presente
también en los huesos, aunque con menor densidad. Es conocida como hidroxiapatita
y su fórmula química es Ca5(PO4)3(OH).
Una costumbre minera, la de morder el oro,
que pervivió en las montañas de California hasta mediados del siglo pasado,
cuando los yacimientos de oro dieron muestras de agotamiento. Sin embargo,
aunque la fiebre del oro pasó, no ocurrió lo mismo con la costumbre de morder
el preciado metal, sólo que ahora lo hacen los deportistas con las medallas que
obtienen en las diferentes competiciones.
¿Por
qué lo hacen?
Aunque históricamente, la práctica de
morder el metal parece tener sus raíces en la falsificación de las monedas,
como se puede imaginar, los medallistas olímpicos no las muerden por
desconfianza hacia la pureza del metal. Hasta donde he podido averiguar no es
más que una pose, una toma icónica en la que los atletas olímpicos sonríen,
mientras fingen morder la medalla, probablemente a petición de los propios
fotógrafos que ven en ella una imagen más fácilmente vendible.
La frecuencia con la que los vemos
fotografiados y la especialidad deportiva más abundante, me imagino que es una
cuestión de moda que cambia con los años, pero lo cierto es que vemos de todo:
atletas, nadadores, gimnastas, hasta el gran Rafael Nadal posa mordiendo
sus trofeos cuando gana.
Le decía que la mayoría de las veces lo
hacen para satisfacer a los medios de comunicación y que no existe ningún atisbo
de desconfianza sobre la composición química de estas medallas, sin embargo, ¿de
qué están hechas las medallas olímpicas? ¿cuál es su pureza? ¿cuánto oro,
plata y bronce contienen?
¿Cuánto
oro hay en una medalla olímpica?
Es una de esas preguntas recurrentes en
tiempos de competiciones y lo cierto es que no existe una respuesta única dado
que depende, pues varía en cada edición. Lo que permanece, en este caso también,
es el cumplimiento del conocido aserto, aquel que afirma que ‘no es oro todo lo
que reluce’. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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