Es una de las referencias clásicas
ineludibles de recordar y si es posible de releer o leer, en este ‘momento
coronavirus’ que por desgracia nos toca vivir y del que ya veremos cuándo nos
dice la ciencia que habrá acabado.
Pero mientras llega ese día final de
cuarentena sanitaria, vía estado de alarma, he aprovechado para consultar mis
archivos de notas y así, a vuela tecla, me he encontrado con esta manita larga de
referentes literarios de lo más reveladores y que le expongo por orden
cronológico.
Antecedentes
‘Diarios del año de la peste (1722), del inglés Daniel Defoe; ‘Los novios’ (1822), del
italiano Alessandro Manzoni; ‘El último hombre’ (1826), de la
británica Mary Shelley; ‘La peste escarlata’ (1912), del
estadounidense Jack London; ‘La peste’ (1947), del francés Albert
Camus y ‘Némesis’ (2010), del también estadounidense Philip Roth
entre otras.
Como ven, de lo mejor de cada casa y a lo
largo de estos últimos cuatro siglos. Pero en mi opinion, y para el asunto sanitario
de este negro sobre blanco ninguna es tan ineludible como la del titular, tanto
por su antigüedad, data de mediados del siglo XIV, como por su proximidad
temática, al estar ligada a la peste bubónica que devastó Florencia en
1348.
Una pandemia que irrumpió en algún lugar de
Asia y se propagó por Europa, a través de las rutas comerciales establecidas
por las caravanas de mercaderes y los barcos que cruzaban el Mediterráneo.
Ya ven que se trata de una situación que
aunque lejana en el tiempo, nos separan casi siete siglos, resulta cercana por semejanza
con la que vivimos en la actualidad. De modo que ‘hoy como ayer’, que dijo el
castizo, o ‘Nihil novum sub sole’, el latinajo que nos dejó el clásico.
El caso es que de nuevo Literatura y
Ciencia van de la mano, y ése es un nexo humanista que ni puedo ni debo
dejar pasar. Al fin y al cabo, humano, demasiado humano, que escribió el
filósofo.
‘Príncipe Galeoto’
Es el subtítulo de la obra más célebre del
escritor italiano Giovanni Boccaccio (1313-1375) uno de los padres,
junto con Dante Alighieri y Petrarca, de la literatura italiana. Escrita
entre 1351 y 1353, se trata de una pieza maestra de la prosa italiana cuyo
contenido va mucho más allá de ser una mera recopilación de cuentos eróticos más
o menos escabrosos, eso es lo que flota en el imaginario colectivo, aunque eso
sí, están escritos con bastante finura de estilo. Que también.
Y a su celebridad contribuyeron tanto la
condena religiosa que desde los primeros momentos de su publicación tuvo, como el
hecho de ser incluida en el Index librorum prohibitorum (1564) o ‘Índice
de libros prohibidos’ de la Iglesia Católica, unos textos que por considerarse perniciosos
para la fe, la Santa Madre no autoriza a leer a sus fieles. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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