Según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional -dependiente del Instituto Geográfico Nacional, que a su vez pertenece al Ministerio de Fomento del Gobierno de España-, la estación de la primavera del Año del Señor de 2019 comenzará hoy viernes 20 de marzo a las 4 h y 50 min hora oficial peninsular y Baleares, las 3 h 50 min en Canarias o, también, las 3:50 UTC.
Hoy tiene lugar el equinoccio de marzo y con él se inicia una estación astronómica que durará noventa y dos (92) días y dieciocho (18) horas, terminando el próximo 20 de junio con el comienzo del verano. Es lo que tiene la primavera, que dura exactamente, lo que tarda en llegar el verano.
Nunca en la misma fecha
Una fecha de inicio primaveral, que no es siempre la misma. De hecho, a lo largo de este siglo XXI podrá suceder hasta en tres ocasiones diferentes (del 19, 20 y 21 de marzo). La más tempranera, que tendrá lugar en las postrimerías del mismo, en el año 2096. La de hoy. Y la más tardía que ya ocurrió, pues fue en el 2003.
Unas variaciones en el inicio estacional que obedecen a la necesidad de ajustar la duración del año calendario (unos bisiestos, de un día más, y otros no), con la de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol, nuestra estrella, o año trópico. Son exigencias matemáticas de la cinemática celeste.
Todo esto dicho para el hemisferio norte o septentrional, donde da inicio la estación de la primavera, razón por la que también se le conoce como equinoccio primaveral o vernal. Lo digo porque no debemos olvidar que, en el hemisferio sur o meridional, lo que da comienzo en este día es la estación del otoño, motivo por el que también se le denomina equinoccio otoñal. Así que mejor llamarlos equinoccio de marzo y equinoccio de septiembre y no dar lugar a confusión.
En cualquier caso, puntualizar que estamos ante una de las cuatro situaciones astronómicas que no meteorológicas, relacionadas con la posición relativa de Tierra y Sol en el espacio, y que nos marcan los cambios de estaciones. Las llamamos equinoccios y solsticios respectivamente, existiendo dos de cada una. Una cuestión de convenio.
Una cuestión de convenio
Como casi todo lo humano, el inicio de las estaciones también es fruto de un acuerdo, de un compromiso consensuado. De forma que, por convenio, dichos inicios vienen determinados por aquellos instantes en los que la Tierra, ocupa unas determinadas posiciones en su órbita alrededor del Sol. (Continuará)
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