Al escribirle la semana pasada sobre la cuarentena
preventiva sanitaria desde el punto de vista de la ciencia, le recordé
la que está considerada como la primera cuarentena espacial de la
historia que guarda relación, ya se lo habrá imaginado, con el amerizaje del
módulo del Apolo 11 en el Océano Pacífico, tras el primer hollamiento
humano de nuestro único satélite, la Luna. Le hablo de julio de 1969,
por lo que le pongo algo en antecedentes astronáuticos.
Misión
Apolo 11. Cuarentena lunar
Como recordará la misión lunar de marra empezó
el 16 de julio de 1969 y tras un viaje de ida de cuatro días, una estancia
sobre la superficie lunar de casi uno y algo menos de tres de regreso al planeta,
a las 18:50:35 hora española del 24 de julio de 1969 la cápsula era
recogida por un helicóptero del portaviones USS Hornet.
Era el fin de la misión, una de las hazañas
más significativas en la historia de la humanidad, un final afortunadamente feliz,
pero para los astronautas Neil Armstrong, Edwin Aldrin y Michael
Collins no había acabado del todo. A ellos aún les quedaba la cuarentena,
es decir, el aislamiento al que durante un período de tiempo se somete a personas,
animales y objetos, a fin de eliminar o limitar el riesgo de propagación de una
enfermedad contagiosa, sea conocida o no.
Un periodo de tiempo que no tiene por qué
ser el bíblico de cuarenta (40) días, aunque así lo indique la etimología del
término originado a partir de la expresión italiana quaranta giorni. De
hecho, en su caso, sólo duró veintiún (21) días, tres semanas que pasaron junto
a las muestras lunares en el Laboratorio de Recepción Lunar, ‘Mobile
Quarantine Facility’ o MQF por su acrónimo inglés.
Una instalación móvil muy parecida a un
remolque, fue construida por una conocida empresa fabricante de caravanas estadounidense,
y a la que los astronautas pasaron sin tener contacto físico con ninguna
persona, tras salir de la cápsula lunar con trajes de protección y ser
desinfectados por el equipo de rescate que iba provisto de trajes especiales
anti biológicos.
Una vez transcurrida la cuarentena los
astronautas pudieron salir y reunirse con sus familias, para después ser paseados
en un multitudinario desfile por las calles de Nueva York y comenzar una gira de
un mes y medio de duración por 25 países, donde eran recibidos como lo que
eran, unos auténticos héroes.
Otras cuarentenas
lunares
Se trataba de un protocolo
inevitable e ineludible pues, aunque con una muy remota probabilidad, siempre
existía la posibilidad de que trajeran algún germen desconocido de la Luna,
de que ellos y el material portaran patógenos procedentes del satélite. Afortunadamente
no fue el caso, pero en aquella época no se sabía. Precaución, ante todo. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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