lunes, 30 de julio de 2018

Enigma de los dos padres. Conversación leal

(Continuación) Según esta hipótesis lo paradójico de estos acertijos radica en la vulneración de una o algunas de las máximas de conversación, que son aquellas condiciones (hasta cuatro según Herbert Paul Grice, 1975) que describen cómo ha de ser lo que se dice en una conversación, para que ésta sea lo más precisa y menos ambigua posible.
Unas máximas (de cantidad, de veracidad, de relevancia y de modalidad) que todos los participantes deben cumplir para que se produzca una conversación coherente o leal, y cuyo incumplimiento puede desembocar en una sanción social como la del enigma parental. De forma resumida estas cuatro (4) máximas se pueden describir así:
1.    Máxima de cuantía o de cantidad. Hay que dar la cantidad de información adecuada, entendida esa adecuación como que su contribución contenga tanta información como se requiera, pero no más de esa.
2.    Máxima de veracidad o de cualidad. Se contarán hechos verdaderos, de modo que no se afirme ni aquello que se crea que es falso ni tampoco nada de lo que no tenga pruebas suficientes.
3.    Máxima de relevancia o de relación. No se debe ocultar nada de lo principal, que lo que diga  en su momento tenga auténtica preeminencia.
4.    Máxima de modalidad o de modo. En dos palabras, sea claro, o al menos inténtelo. Sea breve y ordenado y evite expresarse de manera ambigua y oscura.
Cuatro condiciones de las que al menos tres no se cumplen en nuestro caso. La primera, al ofrecer menos información de la que se tiene, pues al decir “una eminencia” oculta el sexo de esa persona. La tercera, ya que silencia el dato relevante de que se trata de la madre. Y la cuarta, pues es deliberadamente ambiguo.
Así que ya lo ven. Y como ocurría en las cantinas del Lejano Oeste, en las que se recordaba a los forajidos que estaba prohibido disparar al pianista, en este enigma les pido que no disparen ni a las palabras ni al lenguaje sin antes haber mirado la realidad de su alrededor.
Y que vista a través de la parcialidad implícita de las conexiones neuronales de nuestro reptiliano cerebro inconsciente, nos hace no acertar a la inmensa mayoría de nosotros, en muchos de estos casos “enigmáticos” que nos plantean. Y ojo que utilizo el pronombre ‘nosotros’ como masculino genérico, porque está más que documentado que también las mujeres, incluidas las más feministas, tienen un sesgo sexista hacia otras mujeres.
Recuerden el “¡Qué horror! ¿Esto le pasa a más gente?”, cuando se enteran de la respuesta correcta, que el médico es la madre del hijo, que ella es la cirujano.
Para ir cerrando lo que les quería contar del enigma de los dos padres, en la siguiente y (espero) última entrega, les intentaré diferenciar el inconsciente del subconsciente, por la que un lector mostró interés, y les escribiré unas líneas sobre la pragmática. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


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