sábado, 23 de enero de 2016

Sobre Scoville y su escala de picor (y 2)

Un picor producido, ya lo apuntamos, por la sustancia capsaicina, responsable de la sensación de ardor en la boca.

Y una escala que por cierto ya no se utiliza, pues ha sido sustituida por métodos de análisis cuantitativos, si bien en honor al químico se ha mantenido su nombre a la unidad de medida. Un detalle que agradecer.

Otros reconocimientos
Por completarles la imagen del científico, han de saber que diez años después y por esta picante investigación, en 1922 ganó el Premio Ebert de la American Pharmaceutical Association (APhA), lo recibió: “...en reconocimiento a los autores del mejor reporte original e investigación sobre una substancia medicinal...”.

Por esas fechas Scoville ya había publicado The Art of Compounding (1895), un libro de referencia farmacológica, reeditado hasta ocho (8) veces, y que fue utilizado hasta la década de 1960.

Y en 1929 recibió la Remington Honor Medal, quizás el galardón más destacado de la APhA, junto con el doctorado honorario en ciencias por la Universidad de Columbia.

Pero su labor no quedó en los pimientos. Su curiosidad le llevó a interesarse por los perfumes y a investigar sus olores y esencias.

Fruto de estos estudios, que jugaron también un papel importante en su carrera profesional, escribió Estract and Perfumes (1902), libro en el que compendia cientos de fórmulas de perfumes y esencias.

Y hasta aquí.

No me consta que algún país le haya dedicado otros reconocimientos, por ejemplo un sello postal o un cráter en algún satélite o planeta del Sistema Solar, salvo claro el doodle del gigante internáutico.

Por último una advertencia.

A pesar de la escala y de lo que le digan sobre los picantes, no se fie. Se lo decía al principio cuando les advertía sobre la tradición oral.

Mi consejo es éste: “Si te dicen que no pica, no haga caso. Sí pica. Siempre pica”. Por si le pica la curiosidad.




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