Pasando, natural, por su vida y obra literaria.
De esta última deducimos su formación en teorías pitagóricas insertas en el platonismo; su aproximación y estudio de la ciencia árabe, en especial de la Astrología y sin duda, la lectura que hace de numerosos escritos, tanto religiosos como paganos.
Para Bernardo, en su obra principal Cosmographia o De Mundi universitate sive Megacosmus et Microcosmus (1147), la formación del mundo es fruto de la mente divina, asistida por la Naturaleza y ciertas figuras mitológicas y alegóricas, que vendrían a ser la expresión de las fuerzas naturales.
Y todo lo hace con un estilo lo suficientemente rebuscado, oscuro y confuso, como para que pueda ser interpretado de muy diversas formas: panteísta, pagana, monista, etcétera.
Vamos que cualquiera le podía dar y desde todos lados, al señor Bernardo.
Pero quizás, en esta idea de ver lo divino en lo mundano a lo largo del Bajo Medioevo, haya que destacar por encima de la figura del francés, la del alemán Juan Ekhart.
Juan Ekhart (1260-1327)
O Meister Eckhart, filósofo y predicador que desde bien pronto, por sus escritos o por sus sermones, estuvo en el punto de mira de la autoridad eclesiástica.De hecho en 1320, por sus doctrinas, se inició contra él un proceso de herejía en el que termina siendo condenado. Y es que intuían peligro en sus palabras. Precaución por tanto.
Un castigo que nace en buena medida de la interpretación a la que se somete sus escritos, dada la ambigüedad del lenguaje que emplea.
Hasta veintiocho (28) proposiciones contenidas en sus obras, llegó a censurar el papa Juan XXII en 1329, es decir dos (2) años después muerto. Sí que veían peligro en ellos.
No en vano, con su reanudación tanto de la tradición neoplatónica como de la teología negativa o apofática, Eckhart, estaba iniciando el movimiento místico alemán, que para muchos fue un anuncio del protestantismo y lo que éste conllevaba.
Caución pues.
Aunque todo eso lo expresó empleando un estilo confuso, mediante el uso de una serie de expresiones límites pero ambiguas, que terminaría haciendo recaer sobre ellas la acusación de, cómo no, panteísmo.
Para el alemán, Dios trasciende todas las cosas a la vez que compendia en sí mismo todo el ser. Se trata sin duda de un pensamiento que, en sí mismo, es toda una concepción filosófica de Dios en su relación con el mundo.
De hecho propone su creación ab aeterno. No les digo más.
Y hasta aquí lo que en este prontuario panteísta les quería contar sobre la Edad Media, ese período histórico posterior a la Edad Antigua y anterior a la Edad Moderna.
Que será la siguiente época sobre la que, desde el punto de vista panteísta, nos tocará escribir.
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