(Continuación) Estas tabletas así descritas, se comenzaron a comercializar a comienzos del siglo XX y aunque en la actualidad el peso (masa) y el número de porciones son distintos según el fabricante, tipo de chocolate, etcétera, al principio, todas tenían el mismo peso y las mismas porciones.
Ahora es fácil encontrar varios formatos de peso. Desde el de cincuenta gramos (50 g) hasta el de quinientos gramos (500 g), pasando por setenta y cinco (75), cien (100), ciento cincuenta (150) y doscientos (200).
Pero antes no. En mis tiempos, que yo recuerde, todas las tabletas pesaban media libra (0,5 lb) y estaba dividida en ocho (8) porciones que, como ya habrá advertido, tenían el nombre de onza, claro.
Si una libra consta de dieciséis onzas, media constará de ocho. “Elemental, mi querido Watson”.
Y así, con esos dos términos, es como mi madre me mandaba de pequeño a la tienda: “Tráete media libra de chocolate con leche y te comes dos onzas con pan para merendar”. Y yo tan contento, aunque me gustaba más el chocolate con almendras.
¡Ah!, y entonces al papel lo llamábamos de plata (Ag). De plata nada menos. Lo que es la ignorancia mezclada con la magia infantil.
Pues hasta aquí el asunto del chocolate y cómo han cambiado las cosas.
Lo que antes era media libra, ahora es una tableta, y lo que ahora llaman cuadraditos o trozos antes eran onzas, las divisiones de la tableta. Y por supuesto de papel de plata nada, nada de nada.
Siempre ha sido de aluminio.
Por último, para ir cerrando el asunto, vayamos con la finalidad del impuesto tabaquero, de hace ahora tres siglos.
Biblioteca Real: Impuestos
Lo cierto es que el fin de dicha recaudación no podía ser más loable.Estaba destinado a financiar la Biblioteca Real, denominada en un principio Real Librería Pública, y que fue abierta al público el l de marzo de 1712 para los “españoles varones, cultos, ilustrados y nobles de la Corte”.
No pase por alto las características que debían tener los españoles, para los que se abría dicha institución ¿Echan a alguien en falta?.
Aun así, su creación por Felipe V, fue un elemento dinamizador de la cultura española del momento, ya que su misión no era otra que “renovar la erudición histórica y sacar al aire las verdaderas raíces de la nación y de la monarquía españolas”.
Sin duda alguna su inauguración fue uno de los acontecimientos culturales más importantes del inicio del siglo XVIII español. De hecho su trascendencia ha llegado a nuestros días, ya que el 25 de noviembre de 1836 pasó a denominarse Biblioteca Nacional.
Sí, la misma Biblioteca Nacional que hoy todos podemos disfrutar.
Y donde es probable que pueda encontrar respuesta a la que han dado en llamar, la "tableta de chocolate infinita". Todo un misterio donde los haya. Les cuento.
Resulta que es posible comerse una onza de una tableta de chocolate, y que nadie se dé cuenta al verla que falta ese trozo.
¿Cómo lo ve?
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