jueves, 6 de noviembre de 2025

Ulm y ciencia (y 2) [CR-332]

Esta entrada apareció publicada el 24 de octubre de 2025, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

(Continuación) Esa gran epifanía producida por una febril excitación que le invadió la madrugada del 10 al 11 de noviembre de 1619 y que, como relataría el propio francés en su Discurso del Método de 1637, mientras dormía le revelaron las bases de su sistema filosófico: el método matemático y el principio del ‘cogito, ergo sum’. Bueno, también está el “aceptado mito de la mosca” que quiero suponer se refería a la común (musca doméstica) y a su supuesta influencia en tan decisiva aportación que unió álgebra y geometría al proponer un sistema para representar puntos y figuras geométricas mediante números en un plano; hablamos naturalmente de las coordenadas cartesianas y con ellas de la geometría analítica.

Es un año después de la noche de los tres extraños sueños consecutivos, en 1620, cuando conoció en Ulm al entonces famoso maestro calculista ulmense Johann Faulhaber (1580-1635), matemático y topógrafo que nació y murió en esta ciudad y colaboró con Descartes en temas como la suma de potencias de enteros o la solución de ecuaciones algebraicas. Introductor en Alemania de los logaritmos decimales del clérigo y matemático inglés Henry Briggs (1561-1630), fortificó ciudades como Basilea y Fráncfort, construyó ruedas hidráulicas y diseñó instrumentos geométricos para el ejército. También colaboró con coetáneos como el astrónomo y matemático alemán Johannes Kepler (1571-1630) y el matemático alemán Ludolph van Ceulen (1540-1610) y, tanto llegó a ser su prestigio que incluso el destacado matemático y científico suizo Jacob Bernoulli (1654-1705) lo refiere en su póstumo e inacabado Ars Conjectandi (1713). Vamos que el tal Faulhaber está pidiendo a gritos un “ciencias a la roteña” a la voz de ya.

Y abandonamos el siglo XVII para retroceder hasta el XVI y encontrarnos con Agatha Streicher (1520-1581), considerada como la primera médica en Alemania y que, además, para los intereses que nos traen nació, vivió y murió en Ulm. Donde tuvo que estudiar de manera particular y ser nombrada “médico no académico”, con permiso para ejercer sólo en la práctica privada. Sin embargo, su prestigio profesional fue tal que, de todas partes, personalidades de la época acudían a Ulm para recibir tratamiento, en especial el remedio que ella misma fabricaba para los cálculos de vejiga; de hecho, fue llamada para tratar la enfermedad de gota severa que sufría el emperador Maximiliano II, sí, el mecenas del pintor Arcimboldo de ‘Los cuatro elementos’ y ‘Las estaciones’. Y hasta aquí el vínculo de científicos relacionados de una forma u otra con la ciudad, a lo largo de cuatro siglos y de la mano de cinco seres humanos: Streicher, Faulhaber, Descartes, Abbt y Einstein. Sí, solo una mujer entre ellos. ‘La mujer es de intelecto fino, mas el hombre prudente no la deja estudiar’, 1739. Laura Bassi.

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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