viernes, 7 de noviembre de 2025

‘Ig Nobel’, 2025: PAZ (1)

(Continuación) Según los investigadores -continuamos con el de Nutrición, ya sabe los lagartos arcoíris y la pizza “cuatro quesos”- el cambio en la alimentación no parece tener ningún efecto negativo en ellos; más bien, y por el contrario, la ingesta de pizza “cuatro quesos” ha hecho engordar a las hembras, circunstancia biológica que les permite poner más huevos, así que, por ahí, bien.

Visto en perspectiva se trata de un resultado extraordinario en sí mismo pues demuestra lo adaptables que son estos animales y cómo pueden cambiar totalmente su ecología, de diurna a nocturna y de depredadora a oportunista, comiendo productos fabricados por el hombre.

Algo por otro lado casi obligatorio para la supervivencia de no pocos habitantes no humanos que, inevitablemente, se ven acorralados por el continuo desarrollo urbanístico de la especie humana y la consiguiente alteración del ambiente.

En otra línea de investigación tengo anotado en la enrocada moleskine un Ig Nobel de 2019, relacionado con las pizzas por si está interesado, y en relación con éste que nos trae hoy, existen varios estudios que muestran cómo en Nigeria, la rápida expansión de los generadores había influido en estos animales a elevar su temperatura corporal para permanecer cerca de ellos y así cazar insectos bajo la luz, como las salamanquesas (Tarentola mauritanica). Sí, la evolución a veces toma caminos absolutamente imprevisibles.

Beber para hablar idiomas

Es como podríamos subtitular al siguiente premio de este año, el Ig Nobel de la Paz, que también podemos incluir en el conocido como “club de la ingesta”, tras los de Aviación, Física, y Nutrición.

Concedido a cuatro investigadores de Países Bajos, Reino Unido y Alemania, ‘por mostrar que beber alcohol, a veces, mejora las habilidades de una persona para hablar en un idioma extranjero’, no me negará que tiene su aquél.

A su docto criterio, como ya habrá imaginado, los resultados que obtuvieron apuntaban a que sí, bueno, en honor a la verdad, ellos solo dicen que, al menos, mejoró la pronunciación en la muestra de individuos con la que trabajaron. Una constituida por cincuenta (50) estudiantes alemanes de psicología (Universidad de Maastricht) que habían aprendido neerlandés en un curso.

En otro rasgo de humildad investigadora también admiten como explicación de ello el más que conocido fenómeno social de “la desinhibición por alcohol”, ya ve por dónde van sus tiros. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas. 


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