(Continuación) Y curiosamente empezamos con el último reseñado y concedido por analizar si la circunstancia de estar ebrio disminuye o anula a los murciélagos tanto su habilidad para volar como su capacidad de ecolocalización.
Es sabido que en la Naturaleza algunos animales
frugívoros (que comen frutos) ingieren alcohol -en concreto etanol, C2H6O)-
procedente de la fruta que está muy madura, y que este compuesto químico es una
toxina, por lo que era esperable que pudiera dificultar, en mayor o menor
medida, el vuelo y la emisión de pulsos (clic) de los murciélagos.
‘Ethanol ingestion
affects flight performance and echolocation in Egyptian fruit bats’, 2010
Otorgado a un equipo internacional (Colombia, Israel, Argentina, Alemania, Reino Unido, Italia, EE.UU., Portugal, España) por un artículo de la primera década del siglo pasado, ‘Ethanol ingestion affects flight performance and echolocation in Egyptian fruit bats’ Behavioural Processes 84: 555-558 (June 2010), de su lectura se desprende que debemos entender que sí, que algo les afecta, normal. Verá.
Diseñaron un ensayo en condiciones de laboratorio
con ocho (8) murciélagos egipcios de la fruta, Rousettus aegyptiacus, a
los que dieron líquidos azucarados con y sin etanol y los hicieron volar en un
túnel de 7 m.
Con cronómetros y micrófonos registraron la
velocidad y los pulsos de su ecosonar y todo
apunta a que, a partir de determinado porcentaje, el
alcohol ralentiza el vuelo y desordena la ecolocalización en murciélagos
egipcios de la fruta.
Una cuestión de medidas...
Los datos experimentales obtenidos mostraban que si existe menos de un uno por ciento (<1 %) en la concentración de alcohol en la fruta, parece ser que no les daña, pero, por encima de ese porcentaje sí se observaban comportamientos que sugieren un cierto estado de embriaguez.
Y así, por un lado, afecta a las habilidades de
vuelo pues se volvían más lentos al volar entre dos postes del túnel, tardando
entre tres y tres segundos y medio contra dos sin alcohol (3.49 ± 0.54 s en
lugar de 2.19 ± 0.33 s). Y, por otro lado, se modifica su patrón de emisión de
pulsos (clics) de ecolocalización, volviéndose diez veces más desordenados, lo
que comprometía la orientación, aunque con matices.
Para frecuencias sónicas altas, no hay
diferencia significativa entre pulsos (108,2 ± 19,55 ms en lugar de 102,4 ± 12,81
ms); pero para las frecuencias bajas se observa una pequeña diferencia
significativa (22,4 ± 1,93 ms en lugar de 20,9 ± 1,79 ms), con un valor-p de 0,030.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.




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