[Esta entrada apareció publicada el 26 de septiembre de 2025, en el semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]
No es la primera vez que el físico arrecifeño, considerado “padre de la física española” y que a nivel científico se codeaba con celebridades como Einstein, Schrödinger o Curie (véase, en esta categoría, Blas Cabrera y Los Cabrera), viene a esta columna y por una razón no del todo agradable. Resulta que, aún en este verano de 2025, su familia sigue reclamando a determinada asociación cultural una serie de documentos científicos del físico. Un legado que a modo de préstamo su hijo Nicolás puso a su disposición en 1986, o sea que va para cuarenta años, entre los se encontraba el texto ‘Historia de la Física’, un manifiesto inédito para la comunidad científica y educativa, elaborado durante el exilio en México a raíz de la Guerra Civil y donde murió en 1945 al agravarse su enfermedad de Parkinson.
También ‘Teoría de la Relatividad’, escrito en 1934 para la Universidad Internacional de Santander, además de algunos manuscritos, varias cartas y cierta correspondencia personal del científico y su esposa con colegas y amistades de la época, por ejemplo, una que le había enviado el físico alemán Erwin Schrödinger. El objetivo de dicho préstamo era “su limitada y temporal difusión” a fin de promover actos de divulgación de su vida y obra, aprovechando el entonces cincuenta (50.º) aniversario de su muerte en 1995, que se celebraron en Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife. Y si bien aparecieron algunos artículos publicados con la información extraída de dichos documentos, pasado un tiempo y rescindido el contrato con la asociación (2004), la familia solicitó la devolución del dossier y ahí empezaron los problemas pues aquella dio la callada por respuesta.
Tras varios dimes y diretes judiciales los herederos interpusieron en octubre de 2022 un acto de conciliación, en un intento por llegar a un acuerdo extrajudicial, con resultados en principio buenos para la familia pues devolvieron gran parte del mismo
Le dejo con las palabras de Blas Cabrera durante la visita de Albert Einstein a Madrid en 1923, ‘Espero que al final de vuestra vida, la España científica, que hoy apenas encontráis en embrión, haya llegado al lugar que tiene el inexcusable deber de ocupar’.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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