(Continuación) 1896 le decía, el año en el que por primera vez un pontífice es filmado en movimiento y su registro cinematográfico simboliza la apertura del Vaticano a las innovaciones tecnológicas en plena Revolución Industrial, una búsqueda quizás de nuevos canales para comunicar el mensaje de Dios más allá de los templos.
Un año en el que algunos científicos realizaron avances que marcaron
un hito en la historia de la humanidad, sirvan de botón de muestra, uno, el
alemán Wilhelm Conrad Roentgen que descubrió los rayos X, un tipo
de radiación electromagnética que revolucionó la medicina. Y, otro, el
francés Antoine Henri Becquerel que hizo lo propio con la radiactividad
natural al estudiar el uranio (U), un descubrimiento fundamental
para la física y la química. Hablamos de avances que sentaron las
bases para el desarrollo de la ciencia moderna.
Y sin abandonar la calle, pero sí cambiando la referencia urbanística de este virtual paseo científico y sevillano, nos centramos en una escuela, el Centro de Educación Infantil Chicle León XIII, ubicada en el número 12 de esta macarena vía desde 2017. Lo hacemos para, desde el centro educativo, abordar el aspecto más sugerente de este papa dicho esto naturalmente para los intereses de esta tribuna callejera, científica, periodística y sevillana, calificativos ellos citados en riguroso que ya está bien llena la parcela de “ofendiditos”.
León XIII y la ciencia. Astronomía
Si
bien en puridad no era un científico en sí, sin embargo, como papa gozaba de
una sólida formación académica y además siempre mostró gran interés por la
ciencia y su desarrollo, apoyando la investigación científica en
diferentes campos disciplinares.
Reconoció la importancia del avance científico y tecnológico para el progreso humano, y en su interés por contrarrestar las persistentes acusaciones de estar en contra de este progreso, y para que todos vieran que la iglesia no se oponía a la verdad científica, decidió animar, apoyar y promover su estudio. Jugó un papel fundamental en la promoción de la astronomía dentro de la Iglesia, al considerar que su estudio contribuiría a una mejor comprensión del universo y, por ende, a un mejor entendimiento de la creación divina. Naturalmente, el fomento del estudio de la astronomía dentro de la Iglesia contribuyó al desarrollo en el seno de la misma de otras áreas de conocimientos próximas.
León XIII y la ciencia: Specola
Vaticana
Ese
interés científico se sustanció con la publicación el 14 de marzo de 1891
del decreto Motu proprio ut mysticam por el que se reestructuraba el
observatorio de la colina del Vaticano, detrás de la Basílica de San Pedro, y
adquiría un primer telescopio que instaló en la torre San
Giovanni. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta
entrada fue publicado el 25 de junio de 2025, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.
ÍNDICE



No hay comentarios :
Publicar un comentario