(Continuación) Estamos ante lo que algunos consideran es un “clásico” en aviación, lo que se conoce como “estar bajo los efectos del alcohol”, ya ve por dónde voy, y una justificación, para algunos, de por qué estos animales evitan los frutos fermentados en la naturaleza.
En clave evolutiva...
En la opinión de los investigadores este estudio (recuerde
de 2010) demostró que la ingesta alcohólica, aunque ocasional, puede provocar un
mayor riesgo de accidentes y de exposición a depredadores, concluyendo que los
murciélagos han desarrollado una aversión natural hacia frutas con alto
contenido de alcohol como estrategia de supervivencia.
Un tiro largo quizás si consideramos que, aunque en la
experimentación se utilizaron dosis alcohólicas similares a las de frutas en la
naturaleza, obviamente no es lo mismo un túnel de vuelo que el campo; largo, sí,
pero que se queda corto si lo comparamos con otra de sus conclusiones.
Para ellos la investigación aporta claves sobre la evolución del consumo de etanol entre los animales (racionales e irracionales), ayudando a entender cómo adaptan su metabolismo y comportamiento frente al etanol.
... y biológica
Recordar de los tiempos bachilleres que, conforme
maduran los frutos carnosos ciertos microorganismos como las levaduras se
alimentan de ellos convirtiendo sus azúcares en alcohol, mediante la fermentación.
Un proceso biológico natural y anaeróbico que da lugar
a la producción de etanol (C2H6O) y dióxido
de carbono (CO2) que pueden afectar a los animales
frugívoros que los consumen. Y es que, cuando el consumo de etanol excede la
capacidad del organismo de procesarlo, se extiende por el cuerpo y produce
descoordinación, desorientación espacial y perjudicando la articulación de los
sonidos.
Como les ocurre a nuestros quirópteros egipcios que ven perjudicadas tanto su capacidad de vuelo, vuelan más lento y reaccionan con retraso, como su ecolocalización, lo que altera la percepción del entorno.
De ahí que prefieran evitar la fruta con etanol,
aunque tengan que reducir la ingesta de alimento, pero, claro, ¿qué hacer cuando
el hambre aprieta? Las dos alternativas son malas pues, o sucumbes por desnutrición
o lo haces por emborrachamiento. Mal asunto. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras
en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.



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