domingo, 9 de julio de 2023

DCPS. Calle Telescopio (1)

(Continuación) Ubicada hacia el este de la ciudad, en la Barriada Madre de Dios, 41006, con sus sesenta y nueve metros (69 m) de longitud discurre entre las calles Cruz de Sur donde empieza y Astrolabio donde finaliza, siendo su uso exclusivamente peatonal y estando dotada de una hilera central de árboles que aportan cierta sensación de frescor y bienestar. Una calle modesta en una barriada modesta.

Constelación Telescopium o Telescopio

Rotulada en 1962, le he de confesar un error de mis sentidos. Resulta que el nombre de la calle no es un reconocimiento al instrumento óptico, tan ligado a Galileo no, sino a una pequeña constelación del hemisferio celeste austral, una de las catorce que no son visibles desde Europa y que en el siglo XVIII fueron conformadas por el astrónomo francés Nicolas-Louis de Lacaille

Quien las llamó con nombres de instrumentos científicos que representaban a la Ilustración como Bomba neumática, Retículo, Escuadra, Compás, Horno químico o el de marra por su semejanza con un telescopio. Como lo lee, un error por mi parte.

Pero, así y todo, no me he podido resistir a la tentación de traerla a este negro sobre blanco y no ya por mero oportunismo, bien pensado tampoco es que esté tan mal traída como nexo con la vida y obra de nuestro pisano favorito.

Al fin y al cabo, de su doble naturaleza, entre objeto celeste e instrumento de observación, nos dan también una pista los nombres de las calles que la rodean Acuario, Brújula o Boyero entre otras, En fin, y dicho lo cual, nosotros a lo que nos trae, el galilense asunto. ‘Donde los sentidos nos fallan, la razón debe intervenir’.   

En la universidad paduana (1592-1610): termoscopio, bomba de agua y MUA

Aquí ejerce como profesor de geometría, mecánica y astronomía, es donde publica Le meccaniche (1600) y construye, entre 1592 y 1603, su primer termoscopio, el pionero en la historia capaz comparar objetivamente el nivel de calor y frío.

Consistía en un tubo de cristal lleno de un líquido sensible al calor, que hacía ascender o descender unas esferas de cristal en su interior según variaba la temperatura. Pero como tal instrumento carecía de escalas y se usaba sólo en exteriores, no para medir la temperatura corporal, esto es, no era lo que hoy conocemos como un termómetro.

Si hemos de destacar uno entre los “años paduanenses”, éste sería sin duda 1604, su annus mirabilis, su año de los milagros o de las maravillas pues no en vano fue cuando: hizo una prueba pública de su bomba de agua; descubrió la ley del movimiento uniformemente acelerado (MUA), que sin embargo relacionó con una errada ley de velocidades. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

[**] El original de esta entrada fue publicado el 27 de febrero de 2023, en la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.

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