(Continuación) Y de este género derivado de las literaturas de ficción, fantástica y de terror, al que algunos autores consideran mal nominado -por ser como otros tantos una mala traducción del inglés ‘science fiction’, siendo la correcta en su opinión, ficción científica-, pasamos a la ciencia.
Porque
la trinitaria y peligrosa circunstancia astronómica alienígena, está íntimamente
relacionada con un problema científico, real y humano que ya conocen, “el
problema de los tres cuerpos”; ése que en realidad, y como seguro habrá supuesto,
es el objetivo final de esta abrileña serie bloguera que por fin abordamos.
Un
no menos inquietante, y nada ficticio, problema matemático-astrofísico que sigue
poniendo aún en jaque a la ciencia y es el eje central de la susodicha novela a
partir del cual Liu Cixin crea toda una trama llena de suspense.
Donde se mezclan algunas de las leyes de la ciencia (astronomía, teoría del caos, inteligencia artificial avanzada, astrofísica, comunicación interestelar) con lo que son parte de los tópicos de la ciencia ficción (viajes interestelares, comunicación extraterrestre o contacto con inteligencia extraterrestre)
¿Qué es el problema de los tres
cuerpos?
En
teoría y por decirlo en dos palabras es un planteamiento teórico físico-gravitacional
del movimiento de un sistema de tres partículas masivas; no olvidemos que la gravedad es un fenómeno
universal que se extiende hasta el infinito y actúa de forma atractiva sobre
todos los cuerpos por el mero hecho de tener masa o cantidad
de materia.
Una interacción que influye en la dinámica de absolutamente todos los sistemas de nuestro universo, independiente de su escala, sean partículas subatómicas, moléculas, el portátil con el que escribo estas líneas, los planetas, las estrellas o las galaxias. Hasta el infinito y…
Y
en su estudio, de la teoría científica el hombre pronto pasó a la práctica
astronómica plateándose como sería el movimiento de los cuerpos cósmicos
sometidos a fuerzas de carácter atractivo y naturaleza
gravitatoria; cómo serían las trayectorias y órbitas descritas por cuerpos como cometas,
meteoritos, planetas, sistemas solares, etcétera.
Un
problema sin muchas dificultades físicas y astronómicas en principio, gracias
al genial Isaac Newton (1643-1727), pero con todas las dificultades matemáticas si el sistema a
considerar está formado por más de dos cuerpos, por ejemplo, tres. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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