(Continuación) Y los anteriormente mencionados, cigarras, grillos y pájaros varios, criaturas crepusculares ellas, puede que empiecen a cantar su canción vespertina favorita y cambiar su comportamiento diurno por el nocturno.
Esto se pudo comprobar empíricamente durante el eclipse solar total del 22 de julio de 2009 en el que, en respuesta al mismo, aves e insectos alteraron drásticamente sus cantos y comportamientos dando lugar a una estridente orquesta a todo volumen.
Un comportamiento lógico el
de la alteración de sus rutinas, ante esta repentina oscuridad, que no tiene
correspondencia por ejemplo con el de las arañas.
Sorprendentemente, según confirma un estudio que analizó los patrones de construcción de diferentes especies de arañas, algunas tiran abajo sus telarañas durante el eclipse para volver a construirlas cuando regresa la luz.
Pero es que incluso el
cambio de luminosidad de un eclipse parece afectar a los microorganismos;
durante uno que tuvo lugar en la India un equipo de investigación observó cómo
las bacterias de unas placas de Petri se hicieron más pequeñas y adoptaron
formas diferentes, cerca del pico del eclipse. Se sigue investigando.
Eclipse solar total y terraplanismo
A propósito del despropósito terraplanista añadir, a lo no poco que hay ya enrocado, un punto más al argumentario en su contra, esta vez en relación con los eclipses que nos traen y la forma siempre circular de la sombra lunar. Me explico.
De un lado está el hecho
que la mayoría de terraplanistas aceptan: tanto el Sol como la Luna,
son cuerpos celestes esféricos. Y del otro, algo irrefutable, desde el
punto de vista geométrico sólo la esfera tridimensional puede proyectar una
sombra con forma de círculo (dos dimensiones) perfecto, sin que importe
desde donde sea iluminada.
Algo que no ocurre con un círculo que, sólo cuando lo iluminamos de forma perpendicular su sombra no nos parecerá una elipse. Esto es así. Y si de la geometría nos trasladamos a la astronomía, al fenómeno de los eclipses, y lo comparamos, resulta evidente la conclusión.
Las características de la silueta que se proyecta en un eclipse de Sol (donde ambos cuerpos son esféricos) y la que se proyecta en un eclipse de Luna (donde la sombra es relativamente idéntica) apuntan a la idea de que, efectivamente, la Tierra es esférica.
Algo que en el primer cuarto de este nuestro siglo XXI, debería estar más que claro. Que no se la cuelen. Aunque no hay evidencia alguna de que Fernando de Magallanes (1480-1521) la pronunciara, se pone en su boca.[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras
en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
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