Sin embargo, la imagen de Einstein de esta época,
aunque es la de un científico atípico, complejo y brillante, está lejos aún de
la estereotipada, ésa que nos lo muestra con melena gris despeinada, pantalones
fondones, aspecto desaliñado y mirada bonachona. La del gurú en el que se
convirtió tras su marcha a EE. UU, para la que aún queda.
‘Periodismo de
sociedad’
Por lo que nos centraremos en lo que nos trae, aquello de los
“ecos de sociedad” o “periodismo de sociedad”, ya me entiende, esos artículos o
reportajes en un periódico o revista sobre una serie de personajes pertenecientes
a un grupo privilegiado. Uno de cierta relevancia social y cuyas cuitas (nacimientos,
comuniones, puestas de largo, bodas o entierros) se considera que pueden ser
del interés de los lectores.
Y cuyos contenidos eran al principio noticias del corazón y el
alma para, muy poco después, pasar a ser también de las vísceras y de más abajo
aún, sí de la entrepierna, seguro que me entiende; hablo de la “prensa
amarilla”, de la vida y miserias de famosos y famosuelos dispuestos a vender sus
amores, desamores y amoríos. Qué le voy a contar a usted a estas alturas de la
vida, que ya no sepa o se imagine.
“Después, té
con una aristócrata señorita”
Bueno, pues en esta línea van los siguientes renglones, de
ecos de sociedad relacionados en primera o segunda derivada con el genial
físico que, dicho sea de paso, apenas se cortaba para según qué cosas, y es que
él tenía también lo suyo en estos asuntos.
Y no hay nada más escrito acerca de la naturaleza del
encuentro con la aristocrática señorita, pero bueno, ¿cómo puede ser eso, dadas
las circunstancias? (Continuará)
[*] Introduzcan
en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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