Unos terribles sucedidos a los que puso punto
final un hombre, el inventor estadounidense Francis P. Buckley, quien en
1954 presentó su patente de sistema magnético por el que las puertas de estos
aparatos se podían abrir también desde dentro evitando así los accidentes infantiles.
Le pongo en antecedentes al menos los más próximos en el tiempo.
Aunque ya a finales de los años veinte la venta de este popular electrodoméstico, dado su pequeño tamaño, facilidad de instalación y uso era considerable, no fue hasta después de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) cuando sus ventas se dispararon, comercializándose diferentes modelos unos tras otros, a cuál más eficiente y barato. Lo que trajo un doble problema.
Contaminación y accidentes
Cada vez con más frecuencia y a lo largo de
veinte años, los viejos y obsoletos modelos eran desechados y sustituidos por
otros nuevos en una constante innovación que les llevaba a acabar abandonados en
cualquier calle de poca circulación, descampado o un vertedero, originando el
primero de los problemas, el de la contaminación.
Y estamos en los años 60 donde la idea de reciclaje
no existía aún, al menos tal como la entendemos hoy, de modo que no era raro
verlos entre otros restos, con sus puertas provistas de una cerradura, pestillo
o manilla, absolutamente herméticos y sin ventilación una vez cerrados. Y lo
que es peor, a la vista de cualquier niño que veía en ellos pues lo que los niños
ven en la mayoría de los objetos, un medio y motivo de juego, en este caso el
del escondite.
Con una de sus indeseadas consecuencias, el segundo y más grave de los problemas, los cada vez más frecuentes accidentes infantiles, una especie de terrible cuento de terror que a nadie se le pudo ocurrir que llegara a tomar carta de naturaleza. Y vaya si lo hizo, de hecho, hasta que la ciencia no tomó cartas en el asunto y se realizó un estudio epidemiológico, la estadística obtenida no desveló la dimensión real de la mortal tendencia.
‘Effectiveness of measures to prevent unintetional
deaths of infants…
…
and children from suffocation and strangulation’. Realizado
por Jess F. Kraus de la Universidad de Los Ángeles, fue publicado en 1985
en la revista Public Health Reports y, entre otros aspectos, recoge las
muertes por asfixia de menores de 14 años producidas en refrigeradores en
California desde 1960 hasta 1981. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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