(Continuación) Para los intereses que nos traen les transcribo un fragmento de la misma:
“Fuimos a ver a los
toros, que acababan de llegar y habían sido conducidos junto con bueyes granate
para mantenerlos quietos. Estaban en un gran patio más allá de los suburbios.
Todos los sevillanos de moda andaban por allí, y los toreros también. Incluso,
Eschbach hizo amistad con uno de ellos y sugirió que lo lleváramos en nuestro
pequeño carruaje, para que nos explicara todo, lo que hicimos, para mutuas
satisfacciones.
Charlamos con él y fue muy
divertido, y nos dio una buena lección en un español elemental. Era un
caballero muy natural. Por supuesto que fui a la corrida de toros, que no me
horrorizó como había esperado; me pareció llena de interés. No voy a entrar en
detalles, aunque difieren en importancia, eso me parece a mí, de lo que otros
han dicho.
Entre los seis toros
levantaron y mataron por lo menos a una docena de caballos, y sus jinetes tuvieron
caídas feas, pero ninguno resultó herido. El toro los levanta en el aire, con
jinete y todo, con su gran fuerza. No hace una carrera rápida sobre ellos, sino
que empujan con intención asesina, haciendo que su cuerno profundice dentro. No
quiero decir que las cuatro patas de los caballos se levantasen del suelo a la
vez, pero tres de ellas lo fueron a veces, y siempre dos.
Cada una de las seis faenas
tenía sus rasgos peculiares, y es esta variedad de peripecias lo que la hace
tan atractiva a los españoles. Además, no hay ningún grito de dolor, ningún
signo visible de dolor al derramarse la sangre. Los caballos gravemente heridos
todavía obedecen a la brida, mostrando que no están en ninguna agonía. No se
deben leer fantasías en los hechos.
El chillido de un conejo
asustado afecta a mis propios nervios más que cualquier cosa de las que vi en
la plaza, y las hazañas de osadía y agilidad eran maravillosas. Me alegró mucho
que a Eva no le importara ir”.
Adenda
Estarán conmigo que su lectura resulta de lo más ilustrativa, y que a
poco que se analice, hay en ella nexos de lo más curioso. Flecos de los que
poder tirar, tanto desde el punto de vista de la tauromaquia como desde el de la
ciencia. Pero tendrá que ser en otra ocasión.
Por
ahora sólo puntualizar que de esta carta y otras, tenemos constancia gracias a
la biografía que sobre Galton -de quien no les he dicho aún que era primo del
genial evolucionista inglés Charles
Darwin (1809-1882)-, escribió su discípulo Karl Pearson (1857-1936) ya en el siglo XX. Vaya par de vínculos
científicos que nos acaban de salir sin pretenderlo, el del naturalista y el del
estadista.
Lo dicho, habrá que continuar esta reseña de noticia, completándola con
algunos datos biográficos, ahora ya del Galton científico, que nos ayuden a
poner texto en contexto tanto de él, como del primo Charles y el discípulo
biógrafo Karl.
A propósito del pariente evolucionista, ¿sabían que Antonio Machado y Núñez -padre de ‘Demófilo’ y abuelo de Manuel y Antonio, o de Antonio y Manuel- fue un pionero y destacado darwinista en la Sevilla de finales del
XIX? Los Machado fueron una familia vinculada a la fiesta de los toros, con
diferentes y encontrados sentimientos hacia ella por parte de algunos de sus
miembros. Así que marchando otra de oportunismo calendario.
Y en relación con el entregado biógrafo, ¿sabían que, con sólo 26 años, Albert Einstein (1879-1955) leyó La gramática de la ciencia de Pearson, y que algunos de los temas tratados en el libro por el británico, le
sirvieron al germano para desarrollar sus teorías sobre relatividad, antimateria,
cuarta dimensión o las “arrugas” en el tiempo. Otro fleco que dejo
suelto, éste “relativo”. Qué alargada es la sombra del Premio Nobel en Literatura de 1934.
Fuentes
-
Anales de la Real Plaza de Toros de Sevilla,
1836-1934, de Antonio de Solís Sánchez-Arjona, edición facsímil de 1992.
-
The life, letters and labours of Francis
Galton (3 vol.: 1914, 1924, 1930), de Karl Pearson
-
Un científico victoriano en la Maestranza
(Diario de Sevilla, 2018). Camuñez Ruiz, José Antonio y Almenara Barrios,
José. (Continuará)
2 comentarios :
¿Escribe en alguna revista de toros? Si no es así, debería hacerlo pues me parece de lo más interesante unir Tauromaquia y Ciencia.
Estoy de acuerdo, aunque tampoco me importaría que fuera solo en el blog pero con más frecuencia.
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