Sin embargo, tirando de esas ciencias, en este año del Señor de
2019, resulta que el primer plenilunio
se dio a las 02:43:00 del pasado jueves 21 de marzo, justo al día siguiente del
equinoccio vernal que tuvo lugar a
las 22:58:00 del miércoles 20 de marzo, con el que daba comienzo la primavera boreal (hemisferio norte).
Lo que implica que el Domingo de Resurrección debería haber
caído el pasado 24 de marzo y no anteayer
21 de abril, tras la que fue la segunda
Luna llena astronómica de esta
primavera, que tuvo lugar a las 13:12:18 del pasado 19, Viernes Santo ¿Significa esto que hemos cometido un terrible error de
cálculo, y hemos celebrado la Semana Santa en unas fechas equivocadas?
Vaya por delante, por si ahora no puede
continuar con la lectura de estas líneas, que las respuestas a tan inquietantes
preguntas no pueden ser más rotundas: NO y NO. Sin ningún margen de dudas, les
pongo negro sobre blanco que no habido ni error de
cálculo ni equivocación de fechas.
Y es que, si bien en entradas
anteriores les decía que el cálculo religioso-astronómico era de cajón, que lo
es, ahora debo llamar su atención sobre un matiz, un matiz eclesiástico, que
nada tiene que ver con la ciencia.
Resulta que la luna llena referida en el
Concilio de Nicea no es la
astronómica sino la Luna llena eclesiástica,
un plenilunio ficticio definido por la Iglesia mediante unas tablas numéricas y
que ocurre el 21 de marzo, nunca antes.
Esa es la interesada explicación del supuesto error o, lo que es lo mismo, la
Pascua en su laberinto.
1ª Luna llena eclesiástica
Ha de saber que la Iglesia, en realidad,
no utiliza del todo medidas científicas para determinar cuándo cae la variable Luna
llena, sino que emplea unas tablas especiales para que su Luna llena eclesiástica
se mantenga fija. De forma resumida son cuatro reglas las que nos permiten determinar
cuándo será el Domingo de Pascua de cada año:
1. Cae en el primer domingo después de
la primera luna llena eclesiástica que tenga lugar en o después del equinoccio
de marzo.
2. Esta luna llena eclesiástica ocurre
el decimocuarto (14º) día después de una luna
nueva eclesiástica tabulada.
3. El equinoccio de primavera boreal se fija el día 21 de marzo.
4. Si el día de Pascua coincide con el
día de la Pascua judía se pasa al domingo siguiente.
Estas pequeñas diferencias entre el
criterio científico, basado en fenómenos astronómicos reales, y el religioso,
una aproximación calendaria a estos fenómenos, pueden hacer que una luna y
otra, astronómica y eclesiástica, a veces no coincidan. (Continuará)
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