(Continuación) Yendo a lo que nos trae y por la documentación existente, sabemos que la
terna torera de ese día la formaban los matadores sevillanos Antonio Fuentes, Emilio Torres ‘Bombita’ y Antonio Montes que tomaba la
alternativa con su tocayo de padrino. Se lidiaron toros de la ganadería de D. Carlos Otaolaurrichi.
Del primero de la terna sólo decir que es a él a quien se refiere Guerrita cuando dice aquello de: “Después de mí nadie y después de nadie,
Fuentes”. Pues ese Fuentes era Antonio, no les digo más. Del segundo
diestro, Emilio, que fue el fundador de la dinastía de los ‘Bombitas’ junto a
sus dos hermanos menores. Ricardo, conocido como ‘Bombita II’ o ‘Bombita chico’
y el más talentoso de los tres, y Manuel, ‘Bombita III’, de menor mérito como
matador.
Y del tercero, el toricantano Antonio Montes, trianero
de la calle Pureza, decir que estuvo en cumplidor. Tras que Fuentes, el más
antiguo en la plaza, le cediera los trastos de matar, muleta y estoque, y el
turno para lidiar y matar al primer toro -un berrendo en negro de nombre
‘Borracho’ y que lucía la divisa de Otaolaurruchi-, pues eso,
que no pasó de aseado como también le ocurrió con el sexto con el que tampoco
dejó posos.
Sin embargo, Montes, que falleció muy joven a
consecuencia de una cogida, como torero tiene su trascendencia pues gente que
sabe, ven en él a un precursor del toreo que, algunos años después, pondría en
práctica Juan Belmonte. Lo que puede
ser. Y hasta aquí por mi parte, poco más que añadir al festejo de ese día.
Ni que decirme tienen que, si bien se ha evidenciado un vínculo entre
ciencia, religión y tauromaquia, sobre todo entre las dos primeras, no parece
muy justificada la presencia en este artículo, de la taurina fecha del 2 de
abril de 1899. Y no será un sevidor de ustedes quien les diga que andan falto
de razón, no, aunque tampoco esperen que se la dé.
Resulta que me he reservado algo más en relación con esa corrida de toros.
Verán. Entre los espectadores de ese día en la Maestranza, se encontraba un conocido
científico británico que salió más que encantado del espectáculo.
Francis Galton en la Maestranza
Han de saber que ese día estaba viendo la corrida en la Maestranza, el prestigioso
científico y polímata británico Sir
Francis Galton (1822-1911), que visitaba Andalucía por esas fechas
acompañado de su esposa, Eva.
Estamos
ante un Galton ya en su senectud como ser humano, y con poco que aportar como
científico a sus, por otro lado, muchas y destacadas contribuciones en
diferentes campos de la ciencia. Sin embargo, en ambas facetas, como hombre y
científico, aún nos reservaría alguna que otra sorpresa. Sabido es que, hasta
el rabo todo es toro.
Por
ejemplo y en el caso que nos trae, la de conservar intacta la costumbre de
anotarlo todo (fue un extraordinario científico, ya se lo he dicho), así como
la de escribir casi a diario a casa (fue un buen hombre de familia, esto no),
dando cuenta de todo lo que veía, sucedía a su alrededor y le acontecía.
Y
por supuesto escribe sobre la corrida de toros de esa tarde de abril, en una
carta que remitió el día 3, es decir, al día siguiente del festejo. Ya de la
que va, y manteniendo el paralelismo taurino- literario
con ‘Seis personajes en busca de autor’, me surgen un par de preguntas: ¿Qué
forma tenía la Maestranza en las postrimerías del siglo XIX? ¿Era rectangular,
octogonal o “redonda”? (Continuará)
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