(Continuación) Es una tarjeta postal más de la serie de ilustraciones
francesas que se realizaron en 1899, 1900, 1901 y 1910, si bien éstas nunca se llegaron
a distribuir. Unas en las que se representaban aquellos avances científicos que
Jean-Marc Côté y otros artistas se
imaginaban se lograrían para el año 2000, el fin del siglo XX.
Un gran esfuerzo imaginativo por
parte de los artistas en todas ellas, de los cambios que dichos avances producirían
en la sociedad, si bien en algunos de ellos su visión de futuro conmueve por su
ingenuidad científica. Como es el caso de la postal de hoy, en cuyo pie podemos
leer Calefacción de radio y en su
ilustración ver una agradable y “calentita” escena familiar.
No es que haya realizado una investigación exhaustiva, no es el caso, pero
es más que probable que lo que tienen ante sus ojos sea la primera vez en la
historia, en la que se sugiere el uso de energía
nuclear con fines pacíficos. Lo que está bien, ya saben que no todos los
usos han sido con esa finalidad.
Pero, siempre hay un pero en el cesto de la ciencia y la tecnología, por
esos años, el conocimiento humano sobre el fenómeno de la radiactividad era poco más que incipiente y se desconocía casi todo.
Por ejemplo sus perjudiciales efectos.
Desde hace ya tiempo, y por la elemental ciencia bachillera, sabemos que fue
en 1896 cuando el físico francés Henri
Becquerel (1852-1908) descubría, quizás por serendipia, que ciertas sales de uranio emiten radiaciones de
manera espontánea, así que él es el descubridor del fenómeno de la radiactividad.
Apenas dos años después, en 1898, el matrimonio Marie (1867-1934) y Pierre (1859-1906) Curie, descubrían la
sustancia radio (Ra) que sería
aislado con posterioridad en 1910.
De modo que era imposible que en aquellos tiempos que se elaboraron las
tarjetas, se tuviera conciencia de la peligrosidad de la radioactividad. Y que se
supiera que una determinada cantidad de radio, la suficiente para calentar la
habitación, lo fuera también como para matar a todos sus ocupantes.
Pero lo realmente curioso de la situación es la idea de colocar la
sustancia radiactiva radio, dentro de una chimenea y que ese mero hecho
sirviera de calefacción.
Es como si trasladaran el concepto termodinámico de
calefacción, por el tradicional método de quemar leña para obtener térmica, al
de calefacción radiactiva por un desconocido método a base de radio. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla, si desean ampliar información sobre ellas.
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