lunes, 20 de agosto de 2018

“Después de la leche, nada eches”. Mito (2)

(Continuación) Claro que por otra parte no es menos cierto el hecho de que, ninguno de nosotros llegó a comprobar qué pasaba si nos tomábamos ambas bebidas pero en orden inverso. Para qué arriesgarse si ya lo decía nuestra madre. Principio de autoridad lo llaman.
El orden de los factores y el valor del producto
Como más tarde pude comprender en la escuela, lo de la leche y el zumo era una excepción a la conocida regla de una de las operaciones artiméticas elementales, que seguro recuerda: ‘El orden de los factores no altera al producto’. Pues en este caso sí lo alteraba, y la ingesta en el orden equivocado se convertía en una mezcla peligrosa en nuestros estómagos, que podría hacer que muríeramos, explotáramos o nos desintegráramos.
O vaya usted a saber lo que nos pasaría, pero el caso es que así lo creíamos y a pie juntillas, pues todo es factible en una mente juvenil y por formar. Magister dixit. Además y en honor a la verdad, no es menos cierto que si tomamos un vaso de leche a modo de estómago, y le añadimos un chorro de zumo de naranja aquella se corta. Vaya si se corta y si le damos tiempo, además, se agria.
Éste es un hecho incuestionable que probablemente por azar, pudo ser descubierto por nuestros antepasados y, dado el sabor ácido y la textura poco agradable que la leche puede adquirir, no es de extrañar que les hiciera ser cautos.Lo suficiente al menos como para alertar sus maquinarias de supervivencia y hacer que realizaran un tiro por elevación: después de la leche no se debe tomar nada más.
Ahí puede estar el origen del falso mito. No olvidemos que somos fruto de la evolución.
Teoría de la evolución
Un proceso biológico que como teoría, precisamente a lo largo de este verano cumple su ciento sesenta (160) aniversario. Primero con la misiva que el joven naturalista británico Alfred Russel Wallace (1823-1913) mandó el 18 de junio de 1858, al biólogo inglés Charles Darwin (1809-1882). Después con la presentación conjunta, pero sin ellos, que se hizo de la teoría de la evolución de las especies, el 1 de julio de 1858.
Y por último al año siguiente, con la publicación por parte de Darwin del libro El origen de las especies, el 24 de noviembre de 1859. Lo que generó una conmoción tal en la sociedad de la época, que los 1250 ejemplares impresos en esa edición se agotaron el primer día de su aparición, y fue la primera de las seis (6) ediciones que se emitieron en vida del propio autor. Increíble. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.



1 comentario :

Jorge Valdán dijo...

De lo más completo que he leído. espero que salga pronto la lógica y la ciencia de la leche. Enhorabuena.