(Continuación)
Los exégetas cinéfilos suelen coincidir que en esta ‘película del Oeste’ (mejor
que wéstern, en redonda y con tilde,
una adaptación al español del anglicismo western)
Nicholas Ray se reinventa el género.
Y lo
consigue al hacerla personal y verter en ella su concepción acerca de la vida y
el mismo ser humano. Sobre su inadaptación, la violencia, el papel de la mujer,
la fortaleza, los errores cometidos, la dignidad, la fidelidad, etcétera.
Donde al
parecer no existe tanto consenso es en el apartado de las lecturas que se hacen
sobre el significado de este clásico, sobre lo que en realidad representa su
trama. Y de una de ellas, de naturaleza sociopolítica, le voy a hablar hoy.
Trata del macartismo.
El macartismo y ‘Johnny Guitar’
Entre
las abundantes lecturas de este clásico se encuentra una interpretación
sociopolítica, la del macartismo, según la cual los habitantes del pueblo, que
quieren linchar a la protagonista por resistirse a las reglas de la comunidad,
representan en realidad al comité liderado por el senador republicano
estadounidense Joseph McCarthy
(1908-1957).
Cerebro
y promotor del Comité de Actividades
Antiestadounidenses, un organismo que en la década de los años 50 del siglo
pasado se hizo famoso por sus investigaciones sobre personas, supuestamente sospechosas
de ser simpatizantes del comunismo, agentes soviéticos o infiltrados en la
administración pública y el mismo ejército.
Y en práctica
cualquier excusa servía para ello, pues la presunción de inocencia dejó de
existir y la simple sospecha bastaba para la delación o la acusación. De hecho
en determinados ambientes el clima pasó a ser inquisitorial y el ambiente
enrarecido pues no era más que una ominosa ‘caza de brujas’ por motivos
ideológicos, contraria a la misma Constitución
de Estados Unidos.
Una persecución
anticomunista que afectó a todas las capas sociales y muchas de las actividades
profesionales, a unas más que a otras, y entre ellas al mundo del celuloide y de la ciencia ¿Fue Johnny Guitar
una metáfora del macartismo, como pretendidamente también lo fueron otras
tantas de la misma época?
Pues
en puridad les confieso que carezco de conocimientos suficientes para
contestarles, de modo que hasta donde les puedo decir, puede ser que sea cierto
o que no, lo que es decir nada. Pero tirando de la universal e inexorable ley de la economía, tengo para mí que
lo más probable es que no.
Y me baso en el hecho de que son muchísimas
las de tramas del séptimo arte, que
en sus guiones albergan una dialéctica sobre opresión y resistencia, y quizás
pretender que gran parte del cine de la década de los años 50 contenía dicho
mensaje subliminal, quizás digo, puede resultar algo reduccionista. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar
en el blog] las palabras en negrilla
y cursiva, si desean ampliar
información sobre ellas.
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