(Continuación) No, la más baja que se ha
conseguido por ahora no es cero kelvin, 0 K, pero anda muy, muy, cerca.
0,000 000 000 1 K
Una diez mil millonésima de kelvin es la temperatura más baja que el
hombre ha podido obtener, y la ha conseguido hace solo unos meses en las condiciones de microgravedad que proporciona la Estación
Espacial Internacioal (ISS).
Más en concreto en el Cold Atom Laboratory (CAL) que la NASA instaló a finales de mayo y donde
generan nubes de átomos a temperatura por encima pero tan, tan, próximas del
cero absoluto. Insisto en lo la proximidad porque a 0 K los átomos, al menos teóricamente,
deberían dejar de moverse por completo.
Como seguro saben estas nubes de átomos
ultrafrías son conocidas como condensados
de Bose-Einstein (BEC), un estado de agregación de la materia en el que los
átomos tienen un comportamiento digamos extraño.
Y ésta es la primera vez que se han
producido en órbita, para aprovechar las ventajas que en ciertos experimentos
ofrece la microgravedad de la
estación espacial. Entre otras, que en dichas condiciones gravitatorias los
científicos podrán observar a los BEC durante mucho más tiempo.
Por cierto que no es la primera vez que
gracias a estos condensados el hombre consigue una temperatura más baja que la
que genera el mismo universo.
Me refiero a la que tuvo lugar en el pasado siglo
XX, cuando en los años veinte el físico hindú especializado en física
matemática S. Nath Bose (1894-1974),
desarrolló un estudio estadístico sobre fotones
que envió al físico Albert Einstein (1879-1955)
para su supervisión.
0,000
000 001 K
El genio relativista no solo dio por
válido el estudio sino que no dudó en aplicarlo a sus investigaciones sobre los
átomos, es lo que se llama una colaboración y de ella salió la predicción teórica,
en 1924, de la existencia de este nuevo estado, el condensado de Bose-Einstein. Un conjunto de átomos caracterizado por
‘encontrarse todos ellos en el mismo lugar’, de ahí lo de Superátomo o quinto estado de la materia.
El hindú, reconocido en mecánica cuántica por sus trabajos que
establecieron las bases para la estadística de BE y la teoría del BEC, dio
nombre también a una de las partículas elementales que la lleva en su honor, el bosón.
Sin embargo, vuelvo al condensado, no
fue hasta setenta años después, en 1995,
cuando los físicos E. A. Cornell, C. E. Wieman y W. Ketterle lograron obtenerlo en el laboratorio, lo que les hizo merecedores media docena de años después del Premio Nobel en Física de 2001.
La temperatura que alcanzaron entonces fue de una mil millonésima de kelvin (0,000 000 001 K) muy, muy, cercana
al cero absoluto pero no tanto como la de esta primavera de 2018 en la ISS que fue diez veces más baja ¿Hasta
dónde podremos bajar?
Resulta curioso que el hombre, en la
misma Tierra, haya conseguido temperaturas
más bajas que las que existen en el espacio
exterior, en el universo, que por cierto ¿cuál es la temperatura más baja
ahí arriba? (Continuará)
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