Le enrocaba hace unos días el término dentro de la entrada ‘doodlera’ dedicada al ‘World Quantum Day’ -ya sabe, el Día Internacional de la Cuántica cuyo año celebramos- pues en él está basada la animación dedicada a dicho día en el metabuscador.
Pues bien, sin más dilación, le pongo sobre la
pista taumatrópica diciéndole que se trata de un sencillo dispositivo, simple
de diseño y que, si usted tiene ya cierta edad, seguro recuerda como un juguete
de su adolescencia ¿Sabe a qué me refiero?
Quizás la versión más clásica de él, o al menos la
que personalmente recuerdo, representa a un pajarito que se ve dentro de una
jaula cuando se acciona pero que en realidad no está dibujado así ¿Cae ya?
Como puede ver no es más que un disco de cartón con una imagen diferente en cada una de sus caras, jaula y pájaro, provisto de dos hilos en los extremos de su diámetro que al hacerlos girar rápidamente dan la sensación de ser un solo dibujo al superponerse ambos.
Una ilusión óptica
Desde el campo de la etimología sabemos
que la palabra taumátropo proviene de los griegos ‘thauma’ (portento) y ‘tropos’
(giro), es decir “giro portentoso” o “maravilla giratoria”, ‘wonderturner’
lo llaman en lengua inglesa.
Y en ellos puede dibujarse de todo: desde animales
hasta personas pasando por plantas, objetos o incluso letras como el doodle
que nos trae y que, al girar, crean la ilusión de un movimiento o acción.
Todo apunta a que fue inventando por el médico británico
John Ayrton Paris (1785-1856), para demostrar el fenómeno físico de la persistencia
retiniana de la visión que llevó a cabo en una intervención en el Royal
College of Physicians de Londres (1824).
Así que lo que, prácticamente conocemos como algo
lúdico, un juguete, en realidad nació como un instrumento científico óptico que
pronto se popularizó debido a su fascinante efecto visual; de modo que pasó a ser
un objeto muy común en la época victoriana y se podían encontrar taumátropos
con diferentes imágenes en bazares de Londres, París o Viena.
Persistencia retiniana
Ni que decir que su capacidad para crear la
ilusión de movimiento a partir de imágenes fijas lo convirtieron en punto de partida
para el desarrollo de otros "juguetes ópticos" y, posteriormente, de la propia cinematografía.
Y todo gracias al fenómeno óptico de la persistencia retiniana producido por la velocidad de giro que hace que la retina retenga la imagen de cada cara por un breve momento, creando así la ilusión de una sola imagen en movimiento.
Una magnífica ejemplificación que ayuda a ilustrar el
concepto de superposición cuántica, cuando una partícula existe en
múltiples estados a la vez. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras
en negrilla y cursiva, si desean ampliar información
sobre ellas.
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