(Continuación) Sin abundar en el tema y por ponerle unos ejemplos, en la Lotería Primitiva y la Bonoloto existe 1 posibilidad entre 13 983 816 de acertar los seis números, y 1 entre 139 800 000 de acertar además el reintegro.
En
Euromillones es de lo más bajo, 1 entre 139 838 160, y en los del
“cuponazo” de la ONCE, el Gordo de la Primitiva, la próxima Lotería
del Niño que dicen que conviene más, en fin, no le aburro con más números y
sorteos, otros tantos, más de lo mismo.
Pero
eso sí, todos con una característica común, la de contar con muy, muy, pocas
probabilidades matemáticas de que le toque, ya lo sabe, los sorteos no son más que
impuestos comunes sobre sueños individuales en los que siempre gana el Estado, claro
que también está el refranero español con una sabia respuesta.
‘No hay mejor lotería que el trabajo y la economía’, purita sabiduría popular, y si esto es así y la ciencia está siempre en contra de que juegue, ¿por qué lo hace(mos)?, y ya de la que va, siendo como es débil la carne, ¿cuál es el sorteo en el que más (nos) conviene jugar? Bien, vayamos por parte, como dijo alguien.
¿Por qué?:
tradición, ilusión, medios de comunicación
En
estas fechas, y sin duda alguna, las loterías son algo más que un mero un juego
de azar, estamos ante toda una tradición secular profundamente arraigada
en la cultura española cuyo valor va mucho más allá de lo meramente económico.
Lo
trasciende convirtiéndose en un fenómeno social que involucra a familias,
amigos, compañeros y es que el hecho de compartir, por ejemplo, un décimo refuerza
lazos sociales y multiplica la ilusión, otro de los motivos que explican
nuestro irracional comportamiento de jugar, más allá del de las meras
probabilidades.
Por supuesto que los medios de comunicación también ponen su granito de arena en este empeño potenciando el componente social de la lotería; lo hacen con sus dosis de liturgia, ceremonial, sentimentalismo o celebración, qué le voy a contar que usted no esté cansado (masculino genérico) de leer en la prensa o ver en el móvil, la tableta o el televisor.
¿Por qué?: magia, efecto arrastre
Sin
olvidarnos del áureo componente de magia que tienen estas fechas en las que
todos, aunque sea por un instante, volvemos a ser niños y soñamos con un premio,
un autorregalo que quien sabe si nos puede tocar.
O
este otro factor que influye, y además de manera significativa, en que todos,
en mayor o menor medida, compremos algún que otro décimo por Navidad, el conocido
como efecto arrastre, que se da incluso entre los más escépticos de la cosa.
(Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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