En el Teatro Real
Y
lo hizo acompañada de su hija Irène, siendo recibida en una repleta sala del Teatro
Real, más de 4000 personas, a la que acudieron la reina madre María
Cristina
y el rector de la Universidad Central el bioquímico José Rodríguez Carracido entre otros prestigiosos
médicos, políticos y personalidades extranjeras.
El
auditorio escuchó muy atento sus palabras (las pronunció en francés) a la vez
que no perdía de vista el tubo conteniendo radio (Ra) que ella mostraba en
sus manos, una sustancia (1898) del todo novedosa en aquel momento y sobre el
que muchos tenían puestas grandes esperanzas de todo tipo, de las que unas se
cumplieron y otras no.
Y
en uno de ellos, firmado por G. M., se resaltaba la figura de la dama: “Delgada y
pálida, vestida de negro, sin un solo adorno, tocada de un sombrerillo breve,
al ponerse en pie se han oscurecido todos los esplendores del teatro...”
Naturalmente,
como por otro lado usted se habrá imaginado, por el estilo intelectual y
elegante del artículo las iniciales no podían corresponder más que al humanista
madrileño Gregorio Marañón y Posadillo
(1887-1960).
En la Facultad de Medicina
Durante
la misma y con la ayuda de su hija Irène realizó varios experimentos, concluyéndola con
la proyección de dos fotografías del pequeño pabellón de madera donde, junto a
su difunto marido Pierre fallecido en 1906 al ser arrollado por un
carruaje de caballos, habían comenzado sus trabajos.
El
día 25, la Sociedad Española de Electrología y Radiología Médicas celebró en la
Academia de Medicina la sesión inaugural del curso académico que naturalmente
la premio Nobel presidió. (Continuará)
No hay comentarios :
Publicar un comentario