(Continuación) A divergir pues mientras: el término inglés million de la escala corta, sí equivale al español millón de la escala larga; el billion de la también corta no lo hace con
Una no coincidencia que no parece plantear mayor problema para movernos
entre una escala y otra, salvo que no seamos cuidadoso en el uso y traducción
de los términos. Y es aquí donde
aparece en escena la segunda categoría de matizaciones de las que le
escribí al comienzo, la cualitativa de traducción que dimos en llamar, y una
más que le aporto ahora. Precaución.
En busca de
respuestas. Matizaciones cualitativas: de traducción
Es evidente que las cifras
nunca llaman a engaño con respecto a su valor, 1 000 000 000 es claramente
inferior a 1 000 000 000 000 salvo un disculpable error de lectura, y que
nombradas o escritas por su nombre casi nunca deben serlo tampoco.
Tampoco digo, salvo un error por rápida lectura como antes (confundir el inglés billion con el español billón, o trillion y trillón) o una no tan disculpable traducción incorrecta del inglés-estadounidense (traducir billion como
Pero los tiempos modernos han traído otra matización cualitativa. Dado que la influencia de Estados Unidos es importante e inevitable, en todo mundo
y en todos los ámbitos y contextos, los términos billion y trillion
están ganando terreno en el mundo de la ciencia, la tecnología, la economía o
la comunicación y con dicha “ganancia” un sobrevenido efecto perverso.
En busca de respuestas. Matizaciones cualitativas:
de efecto perverso
Una perversión del sistema ya que aunque inevitable, viene a ser como el
signo de los tiempos. Cada vez se emplea más el castellano término billón, con trece cifras (1012), pero con
el valor del término inglés billion, de diez cifras (109), con
los consiguientes errores y confusiones que ya se imagina.
Y que no son un asunto menor pues con ellos referimos cantidades que, a pesar de ser muy grandes para nuestra escala, no por ello dejamos de encontrárnoslas en la vida diaria. En la ciencia para medir las distancias entre los cuerpos celestes, unas medidas astronómicas decimos; en economía, para medir la deuda de un país o su PIB; y en tecnología si hablamos del número de páginas web que existen. En fin, cosas así que a la vista está, no admiten margen de error. Cautela.
Aunque también le he de decir que en todos lados cuecen habas y así en Francia,
comienzo de toda esta historia, irónicamente, el término billion ya no
significa mil millones, sino un millón de millones, como el billón español y, para mil millones, en francés se
usa ahora el término milliard. En fin, cosas de los gabachos. Cierro por
ahora este paréntesis pedagógico de media docena de entregas dedicado al billete
del Premio Ig Nobel.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
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