Mirando al cielo invernal nocturno
(Continuación) Empezando por nuestro único satélite, la
última luna nueva o novilunio tendrá lugar el próximo 2 de marzo,
así como la última luna llena o plenilunio ocurrirá el 18 de
marzo.
En lo que respecta a los planetas, y para lo que queda de estación, el cielo al amanecer estará dominado por Marte, Mercurio durante el mes de febrero y Saturno al finalizar febrero. Del mismo modo, al anochecer, solo veremos ya a Júpiter a mediados de febrero, quedando el resto del invierno sin planetas visibles.
En este invierno no se producirá ningún eclipse, y
de lo que queda de él tampoco ninguna lluvia de meteoros que destacar,
aunque eso sí, siempre nos quedarán esas ficticias agrupaciones de estrellas
que llamamos constelaciones.
Todo esto y más veremos si elevamos la vista al cielo invernal, pero si la bajamos a pie de tierra, entonces, comprobamos que el nombre de la estación, como tal, brilla por su ausencia en nuestras calles, que nuestro nomenclátor no tiene un rótulo para el frío invierno. Y ya de la que va.
¿Por qué
hace frío en invierno?
Es una de esas preguntas para las que la ciencia
popular tiene una pronta respuesta basada en la lógica, en invierno hace
más frío porque estamos más lejos del Sol, ¿o no ocurre eso con el fuego?
Respuesta que se ve confirmada desde la ciencia
escolar, al decirnos que la Tierra describe una elipse a su
alrededor, una trayectoria que la alejaría (afelio) y acercaría (perihelio)
del astro en su movimiento de traslación, y que bien podemos ver en las
ilustraciones del sistema solar de los libros de textos. Sin embargo, …
Sin embargo, nada es como parece. La ciencia académica demuestra que la trayectoria no es tan elíptica como se dibuja y que, además, ocurre todo lo contrario: en invierno es cuando estamos más cerca del Sol, mientras que durante el verano estamos más lejos.
La explicación científica de la
existencia de las estaciones y las diferentes sensaciones térmicas que nos
producen, se encuentra en la combinación de tres factores planetarios: el
movimiento de traslación, alrededor del Sol; el de rotación,
sobre su propio eje; y la inclinación de 23,5 º de este eje con respecto
a la perpendicular a la órbita elíptica plana. Sin ellos nada de nada o, como
dice la ciencia popular, “Cero grados Celsius (0 ºC), pues ni frio ni caló”.
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.
[**] El original de esta entrada fue publicado el 21 de febrero de 2022, en
la sección DE CIENCIA POR SEVILLA, del diario digital Sevilla Actualidad.
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