martes, 22 de febrero de 2022

Gripalizar [CR-171]

[Esta entrada apareció publicada el 11 de febrero de 2022, en la contraportada del semanario Viva Rota, donde también la pueden leer]

Le manifestaba la semana pasada mi opinión acerca del neologismo “flurona”, sobre su significado científico correcto -una coinfección de COVID-19 y gripe-, y su formación etimológica -de influenza o gripe y coronavirus, en concreto de las formas ‘flu’ y ‘rona’-, y a nadie escapa que resulta de lo más oportuno y adecuado acometer el del encabezado de hoy. 

Un verbo que cualquier españolito intuye puede haberse formado, bien a partir del sustantivo gripe, el interfijo -al- y el sufijo -izar, o bien del adjetivo gripal y el sufijo -izar, estando en ambos casos bien formados, no ya porque se ensamblan de forma eficaz, sino porque dicho sufijo, añadido a sustantivos o adjetivos los convierte en una acción, sirvan de ejemplo: carbonizar, normalizar, industrializar, digitalizar, comercializar o gripalizar. Un neologismo bien formado, como el anglicismo “flurona”, que a diferencia de él nos resulta más familiar y no tan feo.

No se lo dije entonces, pero, además de coronagripe como alternativa al espantoso y poco entendible engendro angloide, nuestro sistema morfológico ofrece otras opciones igual de deducibles: “griperona”, “gripona” o “gricorona”. La elección de coronagripe no es más que una mera cuestión de estilo, ligado al gusto de cada uno y de donde proviene lo bonito y lo feo, lo desagradable y lo grato. 

Bien, no hay pegas que poner a la formación etimológica del nuevo término (en su caso es innecesario el uso de las comillas) pero, ¿qué tenemos que decir de su correcto significado científico, ¿qué entendemos con el verbo o el sustantivo que le acompaña, gripalización? Y más en concreto, ¿debemos gripalizar la COVID-19? Vayamos por parte. Hasta donde alcanzo, gripalizar la enfermedad COVID-19 consistiría en hacerle una vigilancia centinela similar a la que se hace para la gripe, es decir, tratarla como epidemia en vez de como pandemia.

Trasladarla al ámbito de la epidemiología de las enfermedades respiratorias y no realizar una vigilancia individual de los casos, notificados y registrados en su totalidad. Lo que en principio no me parece mal. La cuestión es saber si la evolución del virus SARS-CoV-2, convierte a la enfermedad pandémica en endémica, vamos, si la podemos abordar como una simple gripe. Es más, si se puede gripalizar el COVID-19, ¿podemos “covidizar” la gripe o el VRS?, ¿es la idea una aberración? 

Estará conmigo que las palabras en sí no son ni buenas ni malas, que los neologismos, cuando expresan con brevedad lo que es complejo, resultan de lo más útiles. Lo que sí puede ser bueno, malo o muy malo es el referente que queramos encontrar tras las palabras. Le dejo con Huxley, Aldous, claro: ‘La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto, que cada vez es más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano’.

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.

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