Va para dos meses que se lo enroqué (Pasatiempos. 386) y ante la ausencia de soluciones por su parte, le ofrezco respuestas para algunas de las preguntas que dejé en el aire (Pantoja dixit), empezando por las más elementales.
Por lo que tengo averiguado este
pasatiempo de lógica e ingenio es también conocido como el acertijo
del mono o el mono de Lewis Carroll, dado que
este escritor y matemático, conocido entre otras cosas por estos tipos de
juegos, lo llegó a plantear en algún momento.
Por si en su momento se le pasó
por alto y lo olvidó, le doy una nueva oportunidad para que lo resuelva: ¿Qué
cree que le ocurrirá al saco? ¿subirá?, ¿bajará?, ¿permanecerá inmóvil?, o
resulta que el mono nunca podrá subir. Ya me dirá.
Por otro lado, ¿con qué otro
nombre es denominado este acertijo? ¿sabe quién es su autor? ¿conoce algún
libro donde aparezca? Dicho lo cual, si no está interesado en resolverlo por
sus propios medios, pero quiere conocer la solución, continuo.
El acertijo del mono
‘Si de una soga que pasa por una polea sin fricción alguna se suspende una pesa que equilibra exactamente a un mono colgado del otro extremo, ¿qué le pasa a la pesa si el mono intenta trepar por la soga?’
Ése es el enunciado del
problema del que no está documentado si el autor de Alicia en el País de las
Maravillas (1865) y su continuación A través del espejo y lo que Alicia
encontró allí (1871), que además era profesor de matemáticas en Oxford, fue
su autor. Aunque eso sí, consta que en un determinado momento pidió información
pública acerca de la respuesta correcta.
Un planteamiento y una
solicitud que llama la atención, en primer lugar, por ser él quien era y, en
segundo lugar, por el contenido del propio pasatiempo que, al menos en
apariencia, no pasa de ser un simple problema lógico.
Ya. Pero no olvidemos que nada
en esta vida es como parece y éste de hoy, a pesar de su capciosamente simple enunciado, ya de entrada, porta
una carga no desdeñable de mecánica
bachillera.
Una parte de teoría aplicada de esta disciplina física que de hecho fue suficiente, no solo para causar en su momento cierta inquietud en el poligráfico diácono anglicano del siglo XIX, sino para prolongar la misma hasta nuestros días, digo esto a tenor de la literatura generada al respecto, sirvan de ejemplo estas líneas y perdonen la auto mención.
Ligera revisión bibliográfica
Como se suele decir en estos
casos -sin ánimo de ser exhaustivo, intención de ser excluyente ni propósito
alguno de agotar el tema-, le ofrezco una especie de prontuario expuesto con cierto
criterio cronológico. (Continuará)
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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