domingo, 9 de enero de 2022

Margarita Salas: Científica, aristocrática y maestra

(Continuación) En la anterior entrega “margarita”, despedía el año 2021 con un deseable deseo, adecuado al momento calendario y en forma de latinajo, ya sabe, ‘Faustum annum MMXXII vobis exopto!’.

Pues bien, a los mismos efectos arranco este esfénico 2022, con una cita de nuestra “enrocada” bioquímica, pronunciada casi al final de sus días, “lo importante es no tener arrugas en el cerebro”. Y me explico.

Doctora Salas…

Como científica sería muy prolijo relacionar los cargos que ocupó, las academias a las que perteneció, los premios y distinciones que recibió, los trabajos publicados, los títulos de doctora honoris causa con los que fue reconocida, etcétera.

Por su notable contribución al conocimiento de los procesos de expresión génica, la doctora Salas fue una mujer admirable y una científica respetada por la comunidad; sin duda, una Hacedora de la Ciencia.

Fueron estos méritos científicos los que la hicieron merecedora en 2008 de un título nobiliario, el de Marquesado de Canero concedido por el rey Juan Carlos I, haciendo referencia a la parroquia de Canero que pertenece al concejo de Valdés, en el principado de Asturias, el lugar de nacimiento de la 1.ª Marquesa de Canero.

«La valiosa entrega de doña Margarita Salas Falgueras a la investigación científica sobre biología molecular, realizada de forma intensa y rigurosa a lo largo de toda su vida profesional, merece ser reconocida de manera especial, por lo que, queriendo demostrarle mi Real aprecio…». Real Decreto 1175/2008, de 11 de julio.

Maestra con mayúscula

Pero ante todo fue maestra. Maestra en el más amplio sentido de la palabra, con mayúsculas, tal cual lo recoge en su diccionario la RAE y que parece inspirado en ella: “Dicho de una persona de mérito relevante entre las de su clase, persona que enseña una ciencia, arte u oficio”. O sea, ella.

Enseñar, entendido como una de las actividades más generosas, y a veces más difíciles, que pueda realizar el ser humano pues, a pesar de la manida expresión enseñanza-aprendizaje, la primera no tiene, necesariamente, qué implicar la segunda. No.

El guion intercalado no establece una irremediable unión entre las dos acciones, no tienen por qué ser causa y efecto; a veces sucede que hay maestros que enseñan, pero sus discípulos, por el motivo que sea, no aprenden. (Continuará)


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