(Continuación) Ya veremos en que queda la cosa del “la verdad es que”, le decía en la entrada anterior, recuerde la componenda con el verbo y el refuerzo del diccionario molinerense. Y hasta aquí.
“La verdad que”. Secuela
Cambio de registro y vuelvo por donde vine, la futbolera entrega homónima de la que acabé poniéndole negro sobre blanco una especie de precuela literaria, que ahora pretendo completar con dos secuelas.
Una sorprendente e
imposible, ligada al mundo de la política -escrita y pronunciada así, versión
corta de “la verdad (es) que”-, y por desgracia extendida a todos los entornos
sean estos familiares, deportivos, cinéfilos, televisivos, profesionales y
demás flora y fauna ibérica-, llama la atención que no haya saltado al mundo de
la política.
Intento imaginarme a algún político, independiente de su signo ideológico y militante, pronunciando algo como “la verdad que estamos gobernando bien” o “la verdad que somos el mejor partido político posible”, y lo cierto es que no caigo en ninguno ¿Por qué será esto así? ¿hay alguna razón científica?
“Laverdaque”. Secuela
Y la otra secuela, descacharrante
e hilarante, que está ligada al humor y es fruto del ingenio del genial artista
montieleño José
Mota. Aparece en el sketch
titulado ‘El señor Laverdaque y Dionisio’ y mi consejo es que no se lo
pierda, está en Youtube y lo puede ver si lo desea.
Y ya para acabar, no quiero
ningún malentendido ni dejar margen a la menor de las dudas: por supuesto que hay
que confiar en los bienhablantes futbolistas.
Bienhablantes, digo, y
escupidores, añado, porque, ¿se ha fijado en cuánto escupen los futbolistas en
el campo mientras juegan? ¿A qué sí? ¿Sabe por qué? ¿Conoce alguna explicación científica?
La verdad nos hará libre y, además está ahí fuera. Tito tatín, tatín. Ta tito tito tin...
[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva,
si desean ampliar información sobre ellas.
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