miércoles, 8 de diciembre de 2021

Margarita Salas: Escuela de Medicina de la U. de Nueva York

(Continuación) Por cierto, el matrimonio llegó a Nueva York en un momento muy creativo del laboratorio estadounidense de Ochoa, pues acababa de nacer en él una nueva disciplina, la biología molecular, que en un breve periodo de tiempo permitiría descifrar el código genético.

No le digo más de la genética, tras lo que llevamos vivido en estos últimos tiempos pandémicos de la COVID-19.

En el laboratorio de Ochoa

Pero en los tres años que duró la estancia, la doctora Salas no sólo aprendió acerca de esta nueva ciencia de la biología molecular, desconocida por entonces en España, sino que, bajo la dirección del nobel desarrolló la dedicación, el entusiasmo y el rigor experimental que son imprescindibles para alcanzar la auténtica investigación de altura.

Y si bien fue bajo la dirección de Sols cuando empezó a sentar la base de su carrera científica, y la ayuda de Ochoa como maestro la que empezó a forjar su futuro como investigadora, no es menos cierto que la cota de excelencia que alcanzó la carrera científica de Margarita Salas se debe y no en poco a la presencia de Eladio Viñuela.

Quien fue para ella no solo un brillante compañero, con una calidad científica y humana extraordinarias, sino un constante y fiel apoyo a lo largo de toda su vida. A veces, detrás de una gran mujer, suele haber un gran hombre, que no está sorprendido en absoluto del éxito de su mujer.

Investigaciones neoyorquinas

Junto a Severo Ochoa, Margarita Salas realizó relevantes aportaciones que hoy día se consideran hitos en la historia de la Ciencia, quiero decir de esos que se encuentran en todos y cualesquiera de los libros de Bioquímica, Biología Molecular o Genética que pueda caer en sus manos.

Entre otros estudios: la determinación de la dirección de lectura del mensaje genético; los mecanismos de iniciación de la biosíntesis de proteínas; la determinación del triplete UAA como uno de los de terminación del código genético; o las dos proteínas que descubre y marcarían su futuro como investigadora.

El recuerdo que ella guardó siempre de esos años postdoctorales neoyorquinos fue el de un tiempo fantástico y maravilloso, pero que duró lo que tenía que durar. Tras esta etapa, el matrimonio se enfrentó a una trascendental toma de decisión.

Proseguir con las investigaciones en los Estados Unidos, con las facilidades que esto suponía, o bien, emprender el regreso a España para aportar los conocimientos adquiridos, eso sí en un contexto del todo diferente, dada la escasez existente de recursos científicos, materiales y humanos. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


1 comentario :

Joaquin dijo...

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