jueves, 9 de diciembre de 2021

Margarita Salas: Rumbo a España

(Continuación) El caso es que, en 1967, tres años después de su llegada al Nuevo Mundo, deciden regresar a España para desarrollar la biología molecular o, al menos, intentarlo.

Eran más que conscientes del posible desierto científico que se podían encontrar, de modo que tenían planteado como alternativa, volver a los Estados Unidos si la investigación se hacía imposible. Lo que se dice un plan b, hay que ser previsor.  

Pasión por la biología molecular

Y una vez aquí comprobaron que nada había cambiado. Seguíamos siendo un país en el que investigar era sinónimo de echarse a llorar -lo cierto es que, en ese aspecto, casi medio siglo después, poco o nada ha cambiado-, y si además eras mujer, entonces, entonces apaga y vámonos.

Iniciaron la andadura española siendo ellos los únicos investigadores de un laboratorio aun sin instalar y equipar, que lo pudo ser gracias a una financiación de la Memorial Fund for Medical Research, que Severo Ochoa les había conseguido en los EE. UU. La primera escuela española de biología molecular dentro del CSIC, una nueva disciplina llamada a revolucionar la ciencia contemporánea.

Así arranca la investigación española en el campo de la bioquímica y la biología molecular, con la puesta en marcha de este laboratorio y promoviendo la formación de nuevas generaciones de científicos investigadores.

Poco después se convocaban las primeras becas del plan de formación de personal investigador y nacía el grupo de investigación en el Centro de Investigaciones Biológicas con seis doctorandos, tres dirigidos por Margarita y los otros tres por Eladio.

Los primeros ‘margaritos’

El primer grupo de investigación de genética molecular en Madrid (1967), formado por seis doctorandos y ninguna doctoranda porque ninguna mujer solicitó realizar la tesis doctoral en el laboratorio. De hecho, las únicas dos mujeres que entraron a formar parte del equipo fueron dos técnicas de laboratorio facilitadas por el propio CSIC.

Y si bien dentro de su equipo la doctora Salas nunca tuvo ningún problema académico con sus doctorandos, de cara al mundo exterior ella seguía siendo solo Margarita, la mujer de Eladio Viñuela, ya me entiende.

Volvía a sentir la discriminación y es que España era diferente. Es lo que nos había dicho, tan solo unos años antes, el inefable ministro Manuel Fraga, previamente traducida al inglés por aquello de la promoción del turismo: ‘Spain is different!’. No mejor ni peor, sino diferente. Por suerte las cosas cambiaron con el paso del tiempo. (Continuará)

[*] Introduzcan en [Buscar en el blog] las palabras en negrilla y cursiva, si desean ampliar información sobre ellas.


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